domingo, 9 de octubre de 2016

EL AÑO DE LA MISERICORDIA Y DE LA EVANGELIZACIÓN

En el número 14 de la bula en la que el Papa Francisco convoca el jubileo de la misericordia, el Papa nos invita ver la peregrinación como “un signo peculiar del Año Santo”. Ciertamente en todas las celebraciones del jubileo hemos recorrido más o menos largo a pie a modo de peregrinación. Sin embargo, el Papa va mucho más lejos, nos propone la peregrinación como “imagen del camino que cada persona realiza en su existencia”. Es más nos propone la misericordia como una meta de ese camino.
  Solo Dios es misericordioso, nosotros estamos en camino de serlo. Solo Dios tiene un corazón que ama definitivamente, sin juzgar; nosotros estamos aprendiendo a amar de esa manera. A eso nos anima el Papa a no juzgar como signo de misericordia, a buscar el bien del prójimo, también su buena fama, como paso para perdonar y dar. Ser instrumentos de perdón y ser generosos con los bienes que Dios pone en nuestras manos. De esta manera se va concretando en gestos y actitudes la gran propuesta del jubileo: Sed misericordiosos como vuestro padre celestial es misericordioso.