lunes, 19 de septiembre de 2016

VUESTRO NUEVO PÁRROCO

Queridos parroquianos, cuando me dispongo a comenzar mi ministerio entre vosotros me acuerdo de las palabras que nos repetía D. Pedro Cámara cuando era nuestro director espiritual en el seminario: “Comenzad desde ahora a rezar por quienes serán vuestros feligreses en el futuro. Vosotros no sabéis todavía quienes son, pero Dios sí lo sabe”.
Dios sí lo sabía, y en su voluntad amorosa, de la que nada escapa, permitió las circunstancias que hoy, más de un cuarto de siglo después de aquellas palabras, hacen que aquella oración fuera dirigida a Dios en favor vuestro.
Me presento ante vosotros con plena conciencia de que el ministerio supera mis fuerzas. Siempre lo he pensado así y este convencimiento se ha afianzado en mi conciencia a lo largo de los más de veinte años que llevo de cura. Sin embargo, a esa conciencia de indignidad se ha ido sumando la evidencia de que Dios es fiel. Su fidelidad se ha manifestado en todos los momentos de mi vida, que comenzara en Baeza hace más de 47 años, y de ministerio de presbítero, al que fui incorporado en la Catedral de Jaén el 25 de junio de 1995.
Llego a vosotros desde el Seminario Diocesano, donde he servido durante los dos últimos años y donde sigo siendo profesor. Antes he sido párroco de S. Pedro Pascual, de Santa María de Torredonjimeno, de San Esteban de Santisteban del Puerto, de la Virgen del Carmen del Puente del Obispo, de S. Marcos de Hinojares y de la Sagrada Familia del Fontanar, la que fuera mi primera parroquia y de la que fui el primer párroco. También he colaborado con la Parroquia de S. Francisco en S. Fernando de Cádiz, con la Encarnación de Bailén y con la parroquia de Santa María Goreti en Roma.
En esta última ciudad completé mis estudios teológicos que había comenzado en el Seminario de Jaén y continué en la Facultad de teología de Granada de la que soy colaborador en la actualidad.
Soy muy consciente del momento crucial en el que se encuentra la Iglesia de Cristo y a la que nuestra parroquia no puede ser indiferente. La llamada de los últimos Papas a la nueva Evangelización va concretándose en el ministerio del Papa Francisco de una manera que resulta apasionante.
Llego a vosotros convencido de que Dios nos iluminará de tal manera que podamos responder generosamente a su voluntad. Os agradezco en nombre del Señor vuestra entrega a la misión y aguardo con impaciencia el momento de encontrarme personalmente con vosotros.
Vuestro

Luis María Salazar García

DOMINGO DE RAMOS