lunes, 19 de septiembre de 2016

BIENVENIDA A D. LUIS MARÍA



La Comunidad parroquial de San Félix de Valois acoge a su nuevo párroco y Pastor D. Luis María, y lo hace dando gracias al Señor por el gran don del Sacerdocio a su Iglesia, porque los sacerdotes nos anuncian el Evangelio, celebran los sacramentos y nos presiden en la caridad.
        La parroquia y cada uno de nuestros hogares le abren sus puertas, y sobre todo el corazón para que sienta el calor y afecto de todos los que formamos esta comunidad cristiana, al mismo tiempo le pedimos que nos ayude a crecer y madurar en la fe, que perdone nuestros pecados y ofensas cuando arrepentidos administre el sacramento del perdón, que lleve el consuelo y la esperanza a nuestros enfermos, motive a los jóvenes a vivir con valentía la fe cristiana, fortalezca a los esposos en la fidelidad para siempre, nos exija a todos, para que no andemos distraídos y dispersos, sino siempre disponibles para seguir al Señor amando y sirviendo, y sea nuestro aliento para que vivamos según la vocación a la que hemos sido llamados.
     Llega a una parroquia que fue creada en el año 1969, corto trayecto en el tiempo, pero con la experiencia y el deseo de seguir al Señor en esta sociedad y mundo de hoy donde tantas dificultades y obstáculos van surgiendo contra la fe cristiana.
    Una Comunidad que se va haciendo mayor, porque la mayoría de los que contraen matrimonio se van a vivir a otras zonas de expansión de la ciudad. Una Comunidad que en más de una ocasión se ha planteado qué decir, qué hacer y cómo realizar la salida, a lo que el Papa Francisco llama las periferias, y que nosotros hemos llamado siempre alejados. Algunas pequeñas experiencias se han llevado a cabo pero, verdaderamente, nos queda un largo camino por recorrer.
     Tendremos que reflexionar todos, unirnos todos y todos buscar compromisos concretos para conseguirlo, y como nos dice San Pablo, hacernos todo a todos para ganar sea como sea a alguno.
     Contamos con la fe y la confianza en el Señor. Él es nuestro Pastor, nada nos falta. Él nos guía y nos alimenta, Él es nuestra salvación.
    Confiamos en el Espíritu que renueva, anima y ayuda a superar nuestra debilidad y cansancio. Confiamos en la buena voluntad y en el celo pastoral de nuestro nuevo párroco.
Finalmente, confiamos en el esfuerzo de todos los cristianos de la parroquia para vivir el Evangelio, confiando en Dios, Padre de misericordia.

    Pidamos a San Félix que rompamos cada día algún eslabón del pecado que nos esclaviza, y a la Santísima Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, que nos ayude a hacer nuestra su actitud de disponibilidad y entrega: “Hágase en mí según tu palabra”.

DOMINGO IV DE PASCUA