jueves, 30 de octubre de 2025

CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS- CICLO C

CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS-CICLO C

Domingo 2 de noviembre de 2025

PRIMERA LECTURA:

“Sabiduría 11, 22-26”

Lectura del libro de la Sabiduría:

Señor el mundo entero es ante ti como un grano en la balanza, como gota de rocío mañanero sobre la tierra. Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes y pasas por alto los pecados de los hombres para que se arrepientan. Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que hiciste; pues, si odiaras algo, no lo habrías creado. ¿Cómo subsistiría algo, si tú no lo quisieras?, o ¿cómo se conservaría, si tú no lo hubieras llamado? Pero tú eres indulgente con todas las cosas, porque son tuyas, Señor, amigo de la vida. Pues tu soplo incorruptible está en todas ellas. Por eso corriges poco a poco a los que caen, los reprendes y les recuerdas su pecado, para que, apartándose del mal, crean en ti, Señor.

Palabra de Dios.

SALMO:

Sal 144, 1bc-2. 8-9. 10-11. 13cd-14 (R.: cf.)

R.  Bendeciré tu nombre por siempre. Dios mío, mi rey.

V.  Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás. /R. 

V.  Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. /R. 

V.  El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. /R. 

V. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles. 1Que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. /R.

V. El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. /R.

 

SEGUNDA LECTURA:

"El nombre de Cristo será glorificado en vosotros y vosotros él.” (2 Tes 11-22)

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.

Oramos continuamente por vosotros, para que nuestro Dios os haga dignos de la vocación y con su poder lleve a término todo propósito de hacer el bien y la tarea de la fe. De este modo, el nombre de nuestro Señor Jesús será glorificado en vosotros y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo. A propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por alguna revelación, rumor o supuesta carta nuestra, como si el día del Señor estuviera encima.

Palabra de Dios.

R.  Aleluya, aleluya, aleluya.

V.  Tanto amó el Señor al mundo, que entregó a su Unigénito; todo el que cree en él tiene vida eterna.

R.  Aleluya, aleluya, aleluya.

 

EVANGELIO:

Evangelio

El Hijo del hombre venido a buscar y salvar lo que estaba perdido (Lc 19, 1-10)

+  Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

En aquel tiempo Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad. En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo: «Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa». Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador». Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor: «Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más». Jesús le dijo: «Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».

CREO EN LA VIDA ETERNA.

VER, -

Especialmente desde hace unos años, las instituciones políticas, educativas, sociales, y también empresas y otros colectivos, están desarrollando lo que se denomina una política de inclusión. Se trata de establecer estrategias, normas y acciones que buscan asegurar que todas las personas, sin importar su origen, género, discapacidad, orientación sexual o condición socioeconómica, tengan las mismas oportunidades para participar activamente en la sociedad y en las instituciones.

JUZGAR. -

Aunque ahora nos resulta más familiar este término, no es algo nuevo. De hecho, la Palabra de Dios de este domingo nos muestra que Dios siempre ha practicado una política de inclusión. Sin embargo, al afirmar esto, muchas personas dirían que su experiencia es justamente la contraria, que en el ámbito religioso han sufrido una ‘política de exclusión’. A lo largo de la historia ha habido una interpretación errónea de la sentencia ‘fuera de la Iglesia no hay salvación’ (‘extra ecclesiam nulla salus’), que se aplicaba de un modo literal y ‘se metía a la fuerza’ a la gente en la Iglesia y se consideraba ‘condenados’ a los demás, hasta que el Concilio Vaticano II clarificó su significado: «Todo esto es válido no sólo para los que creen en Cristo, sino para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de un modo invisible. Puesto que Cristo murió por todos… debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien a su misterio pascual». (Gaudium et spes 22)

A pesar de esto, como quedó de manifiesto en el Sínodo Universal que finalizó en octubre de 2024, son muchas las personas que hoy se sienten excluidas de la Iglesia, ya sea por su discrepancia en temas morales o sociales, por su situación matrimonial o por su orientación sexual. Por eso, el propio Sínodo ha invitado a hacer «una reflexión sobre la Iglesia como hogar, porque cuando no se entiende como un espacio cerrado, inaccesible que hay que defender a toda costa, la imagen del hogar evoca posibilidades de acogida hospitalidad e inclusión». (2ª Sesión documento final n. 115) Y recomienda ponerse a la escucha de las Escrituras.

En la 1ª lectura hemos escuchado: “Para Él no cuenta el prestigio de las personas, no hay acepción de personas”. Y a continuación hemos escuchado una serie de ejemplos para mostrarnos que todos podemos favorecernos de la política de inclusión que Dios practica, que desde la oración todos podemos relacionarnos con Él, que nadie está excluido de antemano, sea cual sea nuestra condición social, política, económica, nuestra situación personal o la etapa de la vida que estemos atravesando:

“No desdeña la súplica del huérfano ni a la viuda cuando se desahoga en su lamento”: cuando estamos atravesando penurias económicas, o cuando personalmente nos sentimos desprotegidos, frágiles.

“Quien sirve de buena gana, es bien aceptado”: cuando nos esforzamos en realizar bien el trabajo y las ocupaciones cotidianas, de un modo callado y oculto, aunque nadie lo reconozca ni agradezca.

“Yo estoy a punto de ser derramado en libación”: cuando nos sentimos en peligro o amenazados por cualquier motivo, ya sea por nuestra fe, o por defender lo que creemos que es justo.

“He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe”: cuando experimentamos el paso de los años o la enfermedad y sabemos que nuestro tiempo en la tierra se acaba.

La política de inclusión de Dios abarca incluso al fariseo: “¡Oh, Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás”: cuando nos creemos importantes y orgullosos, cuando despreciamos a los demás.

Y, sobre todo, la política de inclusión de Dios va dirigida a los pecadores: “El publicano, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: ¡Oh, Dios!, ten compasión de este pecador”: cuando somos conscientes de nuestro pecado y del mal cometido, cuando nos pesa y nos deja abatidos, y sólo podemos repetir: ‘Ten compasión de mí’.

ACTUAR. -

La política de inclusión de Dios no significa que todo vale, sino que nadie está excluido de la llamada a la conversión y a la salvación; después, cada uno deberá responder, acogiendo o rechazando esa llamada. A nosotros, como Iglesia, nos corresponde continuar con esa política de inclusión: «En lugar de comportarnos como custodios que intentan excluir a otros de la mesa, tenemos que hacer más para asegurarnos de que la gente sepa que todos pueden encontrar un lugar y un hogar aquí» (Sínodo etapa continental 31) llevándolos al Señor en la oración y luego saliéndoles al encuentro, con la creatividad y audacia que nos inspire el Espíritu. (2ª Sesión documento final 153).