CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS-CICLO C
Domingo 2 de noviembre de 2025
PRIMERA LECTURA:
“Sabiduría 11, 22-26”
Lectura del libro de la
Sabiduría:
Señor el mundo entero es ante ti
como un grano en la balanza, como gota de rocío mañanero sobre la tierra. Pero
te compadeces de todos, porque todo lo puedes y pasas por alto los pecados de
los hombres para que se arrepientan. Amas a todos los seres y no aborreces nada
de lo que hiciste; pues, si odiaras algo, no lo habrías creado. ¿Cómo
subsistiría algo, si tú no lo quisieras?, o ¿cómo se conservaría, si tú no lo
hubieras llamado? Pero tú eres indulgente con todas las cosas, porque son
tuyas, Señor, amigo de la vida. Pues tu soplo incorruptible está en todas
ellas. Por eso corriges poco a poco a los que caen, los reprendes y les
recuerdas su pecado, para que, apartándose del mal, crean en ti, Señor.
Palabra de Dios.
SALMO:
Sal 144, 1bc-2. 8-9. 10-11. 13cd-14 (R.: cf.)
R.  Bendeciré tu nombre por siempre. Dios mío, mi
rey.
V.  Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu
nombre por siempre jamás. /R.  
V.  Día tras día, te bendeciré y
alabaré tu nombre por siempre jamás. /R. 
V.  El Señor es clemente y misericordioso, lento
a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con
todas sus criaturas. /R.  
V. Que todas
tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles. 1Que proclamen
la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. /R.
V. El Señor
es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a
los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. /R.
SEGUNDA LECTURA: 
"El nombre de Cristo será
glorificado en vosotros y vosotros él.” (2 Tes 11-22)
Lectura de la segunda carta del
apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.
Oramos continuamente por
vosotros, para que nuestro Dios os haga dignos de la vocación y con su poder
lleve a término todo propósito de hacer el bien y la tarea de la fe. De este
modo, el nombre de nuestro Señor Jesús será glorificado en vosotros y vosotros
en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo. A propósito de
la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, os rogamos,
hermanos, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por alguna
revelación, rumor o supuesta carta nuestra, como si el día del Señor estuviera
encima. 
Palabra de Dios.
R.  Aleluya, aleluya, aleluya.
V.  Tanto amó el Señor al mundo, que entregó a su
Unigénito; todo el que cree en él tiene vida eterna.
R.  Aleluya, aleluya, aleluya.
EVANGELIO:
Evangelio
El Hijo del hombre venido a
buscar y salvar lo que estaba perdido (Lc 19, 1-10)
+ 
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
En aquel tiempo Jesús entró en
Jericó e iba atravesando la ciudad. En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de
publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa
del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a
un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a
aquel sitio, levantó los ojos y le dijo: «Zaqueo, date prisa y baja, porque es
necesario que hoy me quede en tu casa». Él se dio prisa en bajar y lo recibió
muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: «Ha entrado a hospedarse
en casa de un pecador». Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor: «Mira, Señor, la
mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le
restituyo cuatro veces más». Jesús le dijo: «Hoy ha sido la salvación de esta
casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido
a buscar y a salvar lo que estaba perdido».
CREO EN
LA VIDA ETERNA.
VER, -
Especialmente desde hace unos
años, las instituciones políticas, educativas, sociales, y también empresas y
otros colectivos, están desarrollando lo que se denomina una política de
inclusión. Se trata de establecer estrategias, normas y acciones que buscan
asegurar que todas las personas, sin importar su origen, género, discapacidad,
orientación sexual o condición socioeconómica, tengan las mismas oportunidades
para participar activamente en la sociedad y en las instituciones.
JUZGAR. -
Aunque ahora nos resulta más
familiar este término, no es algo nuevo. De hecho, la Palabra de Dios de este
domingo nos muestra que Dios siempre ha practicado una política de inclusión.
Sin embargo, al afirmar esto, muchas personas dirían que su experiencia es
justamente la contraria, que en el ámbito religioso han sufrido una ‘política
de exclusión’. A lo largo de la historia ha habido una interpretación errónea
de la sentencia ‘fuera de la Iglesia no hay salvación’ (‘extra ecclesiam nulla
salus’), que se aplicaba de un modo literal y ‘se metía a la fuerza’ a la gente
en la Iglesia y se consideraba ‘condenados’ a los demás, hasta que el Concilio
Vaticano II clarificó su significado: «Todo esto es válido no sólo para los que
creen en Cristo, sino para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón
obra la gracia de un modo invisible. Puesto que Cristo murió por todos… debemos
creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma
de sólo Dios conocida, se asocien a su misterio pascual». (Gaudium et spes 22)
A pesar de esto, como quedó de
manifiesto en el Sínodo Universal que finalizó en octubre de 2024, son muchas
las personas que hoy se sienten excluidas de la Iglesia, ya sea por su
discrepancia en temas morales o sociales, por su situación matrimonial o por su
orientación sexual. Por eso, el propio Sínodo ha invitado a hacer «una
reflexión sobre la Iglesia como hogar, porque cuando no se entiende como un
espacio cerrado, inaccesible que hay que defender a toda costa, la imagen del
hogar evoca posibilidades de acogida hospitalidad e inclusión». (2ª Sesión
documento final n. 115) Y recomienda ponerse a la escucha de las Escrituras.
En la 1ª lectura hemos escuchado:
“Para Él no cuenta el prestigio de las personas, no hay acepción de personas”.
Y a continuación hemos escuchado una serie de ejemplos para mostrarnos que
todos podemos favorecernos de la política de inclusión que Dios practica, que
desde la oración todos podemos relacionarnos con Él, que nadie está excluido de
antemano, sea cual sea nuestra condición social, política, económica, nuestra
situación personal o la etapa de la vida que estemos atravesando:
“No desdeña la súplica del
huérfano ni a la viuda cuando se desahoga en su lamento”: cuando estamos
atravesando penurias económicas, o cuando personalmente nos sentimos
desprotegidos, frágiles.
“Quien sirve de buena gana, es
bien aceptado”: cuando nos esforzamos en realizar bien el trabajo y las
ocupaciones cotidianas, de un modo callado y oculto, aunque nadie lo reconozca
ni agradezca.
“Yo estoy a punto de ser
derramado en libación”: cuando nos sentimos en peligro o amenazados por
cualquier motivo, ya sea por nuestra fe, o por defender lo que creemos que es
justo.
“He combatido el noble combate,
he acabado la carrera, he conservado la fe”: cuando experimentamos el paso de
los años o la enfermedad y sabemos que nuestro tiempo en la tierra se acaba.
La política de inclusión de Dios
abarca incluso al fariseo: “¡Oh, Dios! Te doy gracias porque no soy como los
demás”: cuando nos creemos importantes y orgullosos, cuando despreciamos a los
demás.
Y, sobre todo, la política de
inclusión de Dios va dirigida a los pecadores: “El publicano, quedándose atrás,
no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho
diciendo: ¡Oh, Dios!, ten compasión de este pecador”: cuando somos conscientes
de nuestro pecado y del mal cometido, cuando nos pesa y nos deja abatidos, y
sólo podemos repetir: ‘Ten compasión de mí’.
ACTUAR. -
La
política de inclusión de Dios no significa que todo vale, sino que nadie está
excluido de la llamada a la conversión y a la salvación; después, cada uno
deberá responder, acogiendo o rechazando esa llamada. A nosotros, como Iglesia,
nos corresponde continuar con esa política de inclusión: «En lugar de
comportarnos como custodios que intentan excluir a otros de la mesa, tenemos
que hacer más para asegurarnos de que la gente sepa que todos pueden encontrar
un lugar y un hogar aquí» (Sínodo etapa continental 31) llevándolos al Señor en
la oración y luego saliéndoles al encuentro, con la creatividad y audacia que
nos inspire el Espíritu. (2ª Sesión documento final 153).
