A mi buen amigo, D. Santos
Este domingo fallecía D. Santos, un
gran amigo que se ganó mi respeto. Él se incorporó a San Félix de Valois,
nuestra parroquia, el 4 de septiembre de 2.007, donde pronto empezó a hacer
amigos.
Ha sido querido y apreciado por todos:
por su calor humano, por su trato próximo. Ha orado acompañándonos, nos ha
enseñado la doctrina de la Iglesia. Nos ha formado en la fe de Cristo, participando
de una forma especial del Sacerdocio de Cristo y en todas las celebraciones, haciendo
partícipes a todos, con una fácil habilidad, como un gran amigo.
En estos más de nueve años juntos, ha sembrado
muy buenas semillas, y estas, han echado
buenas raíces, que permanecerán en el conocimiento y en el recuerdo de todos,
como las de un buen amigo.
Ante de
estar con nosotros, gozó de una larga trayectoria en su vida dedicada a la
labor pastoral: en la parroquia de Quesada, donde durante unos años compartió
su labor con D. Antonio Román Rayo, párroco por aquellos entonces de San Pablo
y San Pedro de Quesada, y que, coincidencias de la vida, el Señor ha querido que
con quien inició D. Santos su vida pastoral, sea con quien de nuevo coincida,
los dos en la misma parroquia, ya en Jaén y sea aquí donde los dos, casi al
mismo tiempo, terminen su labor pastoral, en San Félix de Valois. Continuó el
camino por Villacarrillo y
Torredelcampo, donde creó Los Grupos de Matrimonios, y ahí continúan
esos grupos, aunque él ya hace tiempo que dejó de ser el párroco de allí. Creó
incluso entre ellos su Comunidad Cristiana de Bienes, porque por encima de todo,
todos son amigos de Jesús. Por cierto, que gran amigo suyo ha sido Manolo,
¡hasta el final! Antes de llegar al Seminario de Jaén, donde siempre se ha sentido
y vivido muy vinculado a él, como presbítero, pasó por Mogón sembrando muy
bien.
En su
Seminario de Jaén, pues así lo sentía, fue Profesor, Rector y Director espiritual. También Director del
Centro Vocacional Manuel Aranda, Delegado Episcopal en la Promoción
de las Vocaciones y de Jurisdicción Exploración de Voluntad del Seminario. Fue
nombrado Canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Jaén, y con posterioridad elegido Vice Deán.
Hoy es muy querido y recordado desde
todos los lugares donde desarrolló su labor pastoral, tanto por sus compañeros
presbíteros, como por todos los amigos con los que compartió algo, por poco que
fuera. Tengo la certeza de que goza ya de la presencia del Padre.
Amigo D. Santos, te has adelantado a
la casa de Padre, a donde todos algún día también iremos; mientras, seguimos caminando,
pero mientras hago el camino que me queda, quiero pedirte como amigo, que
intercedas por nosotros al Padre, aunque sé que lo haces ya sin que te lo pida,
y que la Bienaventurada Madre de Dios y Madre de todos, a la que tú eras muy
devoto, que por su gran poder de intercesión, consigue mayores gracias de Dios,
que ruegue por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte, amén.
Un amigo