“LO QUE TIENE EL PADRE ES MÍO. EL ESPÍRITU RECIBIRÁ Y TOMARÁ DE LO MÍO Y OS LO ANUNCIARÁ”
PRIMERA LECTURA:
“Antes de que la tierra existiera, la Sabiduría fue
engendrada” (Proverbios 8, 22-31)
SALMO:
”¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la
tierra!” (Salmo 8)
SEGUNDA LECTURA:
“A Dios, por medio de Cristo, en el amor derramado por el
Espíritu” (Romanos 5, 1-5)
EVANGELIO:
(Jn 16, 12-15)
Muchas cosas tengo que deciros todavía, pero ahora no estáis
capacitados para entenderlas. Cuando
venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará a la verdad completa. Pues no os
hablará por su cuenta, sino que os dirá lo que ha oído y os anunciará las cosas
venideras. Él me honrará a mí, porque
recibirá de lo mío y os lo anunciará.
Todo lo que el Padre tiene es mío; por eso os he dicho que recibe de lo
mío y os lo anunciará.
VER.-
Debido a la crisis energética y al cambio climático, desde hace unos años se ha intensificado la búsqueda y aprovechamiento de fuentes de energía que sean renovables y sostenibles. Energía renovable es la que se genera a partir de fuentes prácticamente inagotables, como el sol, el viento, o el agua, utilizando elementos materiales como placas solares, molinos de viento, turbinas que permiten aprovechar la fuerza del agua embalsada o de las mareas… Y sostenible significa que esta energía puede utilizarse sin que perjudique a las generaciones futuras, logrando así un equilibrio entre crecimiento económico, bienestar social y cuidado del medio ambiente.
JUZGAR.-
Hoy celebramos la Santísima
Trinidad, uno de los grandes Misterios de nuestra fe, y quizá el más
insondable: tres Personas divinas y un solo Dios verdadero. Para muchos, esta
verdad de fe supone un verdadero obstáculo, porque quisieran “comprender” racionalmente
cómo es posible esto. Pero, como nos recuerda el Catecismo de la Iglesia
Católica (50-52), el ser humano puede conocer a Dios mediante la luz de la
razón humana, a partir de las cosas creadas, pero llega a un límite que no
puede traspasar. Y por eso Dios se da a conocer a sí mismo revelando su
Misterio, para que podamos responderle y amarle más allá de lo que seríamos
capaces con nuestras solas fuerzas.
Esta revelación se realiza
mediante acciones y palabras, siguiendo una “pedagogía divina”: Dios se
comunica a sí mismo de forma gradual, a lo largo de la Historia, adaptándose al
ser humano en su creciente capacidad de comprensión para acoger esta
Revelación, que culminará en la Persona de Jesucristo, su Hijo hecho hombre.
Pero la fuente de energía que es
la Revelación no se “agota” en Jesús. Es verdad que Dios nos lo ha dicho todo
en su Hijo, es su Palabra definitiva, pero como ha dicho Jesús en el Evangelio,
muchas cosas me quedan por deciros pero no podéis cargar con ellas por ahora…
el Espíritu de la verdad os guiará. La fe cristiana, iluminada por el Espíritu
Santo, continúa comprendiendo gradualmente y profundizando en todo lo que Jesús
nos ha revelado, hasta la verdad plena.
La fe es la respuesta personal
del ser humano a Dios y a la verdad que Él ha revelado de sí mismo. Por tanto,
creer en Dios es inseparable de creer en Aquél a quien Él ha enviado, su Hijo.
Y no se puede creer en Jesucristo sin creer en el Espíritu Santo, porque Él nos
hace conocer a Jesús.
Así, en el Evangelio también
Jesús nos ha hablado de la íntima e indivisible unidad que forman las tres
Personas divinas: Todo lo que tiene el Padre es mío, y el Espíritu recibirá de
lo mío y os lo anunciará. Por eso hoy celebramos que creemos en un solo Dios,
Padre, Hijo y Espíritu Santo.
La fe en el Dios Uno y Trino no
es un “problema” ni un obstáculo para la fe, al contrario, convierte nuestra fe
en renovable y sostenible. Renovable porque el Padre es la Fuente inagotable,
el Hijo hecho hombre es el elemento que nos permite acceder a esa Fuente, y el
Espíritu Santo es la energía resultante que nos hace vivir plenamente,
iluminando la vida desde la fe, creciendo de modo equilibrado en todas sus
dimensiones, y no sólo nosotros, sino el conjunto de la Creación.
Y es una fe sostenible porque la
fe en el único Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo favorece que las generaciones
siguientes también puedan alcanzar un futuro de vida y plenitud.
ACTUAR.-
¿Me gustaría poder utilizar
energías renovables y sostenibles? ¿El Misterio de la Santísima Trinidad me
supone un “problema” o un “obstáculo” para mi fe? ¿“Utilizo” esta fuente de
energía, me dirijo en la oración al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo? ¿Qué
consecuencias tiene en mi vida?
La verdad revelada de la
Santísima Trinidad ha estado desde los orígenes en la fe viva de la Iglesia,
como hemos escuchado en la 2ª lectura: Estamos en paz con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo… y el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. El misterio de la Santísima
Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Estamos
llamados a profundizar en este Misterio pero sabiendo que nunca lo agotaremos.
Por eso, sobre todo, estamos llamados a vivirlo, a aplicarlo a nuestra vida,
porque la Santísima Trinidad es la fuente de energía renovable y sostenible que
nos acompaña ayer, hoy y siempre, hasta que lleguemos a la verdad plena.