sábado, 23 de noviembre de 2024

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

Domingo 24 de noviembre de 2024

PRIMERA LECTURA:

"Su poder es un poder eterno” (Daniel 7, 13-14)

Primera lectura

Lectura de la profecía de Daniel.

Seguí mirando. Y en mi visión nocturna vi venir una especie de hijo de hombre entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el anciano y llegó hasta su presencia. A él se le dio poder, honor y reino. Y todos los pueblos, naciones y lenguas lo sirvieron. Su poder es un poder eterno, no cesará. Su reino no acabará.

Palabra de Dios.

 SALMO:

"El Señor reina, vestido de majestad” (Salmo 92)

R.  El Señor reina, vestido de majestad.

V.  El Señor reina, vestido de majestad; el Señor, vestido y ceñido de poder. /R.

V.  Así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siempre, y tú eres eterno. /R.

V.  Tus mandatos son fieles y seguros; la santidad es el adorno de tu casa, Señor, por días sin término. /R.

SEGUNDA LECTURA:

"El príncipe de los reyes de la tierra nos ha hecho reino y sacerdotes para Dios” (Apocalipsis 1, 5-8)

Lectura del libro del Apocalipsis.

Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos ama, y nos ha librado de nuestros pecados con su sangre, y nos ha hecho reino y sacerdotes para Dios, su Padre. A él, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Mirad: viene entre las nubes. Todo ojo lo verá, también los que lo traspasaron. Por él se lamentarán todos los pueblos de la tierra. Sí, amén. Dice el Señor Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y ha de venir, el todopoderoso».

Palabra de Dios.

Aleluya

R.  Aleluya, aleluya, aleluya.

V.  ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David!

R.  Aleluya, aleluya, aleluya.

EVANGELIO:

"’Tú lo dices: soy rey” (Juan 18, 33b-37)

En aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús:

«¿Eres tú el rey de los judíos?». Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?». Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?». Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí». Pilato le dijo: «Entonces, ¿tú eres rey?». Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».

Palabra del Señor.

QUE REINE LA VERDAD

VER. -

Cuando sucede algún accidente, o se comete un delito, o surge la noticia de un escándalo, un fraude, un caso de corrupción, se abre una investigación para averiguar la verdad de lo ocurrido. El ser humano necesita encontrar la verdad de los hechos, de la realidad, de sí mismo. Pero desde hace un tiempo se ha acuñado el término ‘posverdad’, que significa la distorsión deliberada de una realidad, manipulando las creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. El ejercicio de la posverdad genera tal nivel de confusión, nos encontramos con tantas ideas y opiniones, que acabamos pensando que es imposible encontrar la verdad. 

 JUZGAR. –

Hoy es el último domingo del presente año litúrgico. A partir del próximo domingo, primero de Adviento, comienza un nuevo ciclo. Y terminamos el año litúrgico celebrando la solemnidad de Jesucristo, Rey de Universo. En las diferentes lecturas hemos escuchado referencias a este reinado:

“A él se le dio poder, honor y reino…” (1ª lectura) “Nos ha hecho reino y sacerdotes para Dios su Padre…” (2ª lectura) Y en el Evangelio hemos escuchado el diálogo entre Pilato y Jesús: “Pilato le dijo: ‘Entonces, ¿tú eres rey?’. Jesús le contestó: ‘Tú lo dices: soy rey’”.

Una mala interpretación del sentido de esta fiesta ha hecho que se piense en Jesucristo como un Rey al estilo humano, representándolo con corona de oro y joyas, cetro y sentado en un trono, transmitiendo la idea de que por fin Cristo se ha impuesto sobre tanto mal y caos como hay en el mundo y reina con fuerza, poder y gloria para siempre.

Pero el propio Jesús en el Evangelio nos ha ofrecido el verdadero sentido de que Él sea Rey: “Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad”. Y, aunque hoy no lo hemos leído, tras las palabras de Jesús, Pilato le pregunta: “¿Y qué es la verdad?”.

Y la Verdad es Jesús mismo, como ya había dicho a Tomás: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14, 6). Jesús es la Verdad porque es la encarnación del amor de Dios: “Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todo el que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3, 16). Un amor llevado hasta el extremo de la Cruz, que es la prueba definitiva de la Verdad que es Jesús.

Por tanto, celebrar a Jesucristo como Rey del Universo es celebrar y desear que en todas las realidades reine la Verdad. No ‘una verdad’ cualquiera; tampoco ‘nuestra verdad, sino la única Verdad, que es uno de los distintivos del Reino de Dios, como diremos en el Prefacio: «Un Reino eterno y universal: el Reino de la verdad y la vida…»

Celebrar a Jesucristo Rey del Universo, desear que reine la Verdad frente a tanta posverdad que nos rodea, requiere aplicar en nuestra vida el criterio de interpretación de la realidad que es Jesús y su Evangelio. La Verdad reina cuando amamos como Él nos ha amado, hasta el extremo; cuando actuamos desde el servicio, cuando vivimos el perdón, cuando acogemos a los pecadores, los últimos, los descartados. La Verdad reina cuando llevamos a la práctica las Bienaventuranzas: la pobreza de espíritu, la humildad, la misericordia, el hambre y sed de justicia, el trabajo por la paz…

Celebrar a Jesucristo como Rey del Universo nos enseña a evitar que reine la posverdad, porque la verdad no está en el fraude, la manipulación, el egoísmo, la injusticia, la opresión, la violencia, la mentira…

ACTUAR. –

¿Busco la verdad en mi vida y circunstancias? ¿Sé identificar la posverdad y rechazarla? ¿Es Cristo mi criterio de interpretación de la realidad? ¿Qué hago para que reine la Verdad?

Es atrayente la idea de un Cristo Rey poderoso, glorioso, que por fin imponga Su voluntad sobre todo y sobre todos; pero fomentar esto sería caer en una posverdad, en una manipulación de Cristo y del mensaje del Evangelio.

Celebrar a Jesucristo como Rey del Universo es para nosotros una llamada a “dar testimonio de la verdad”, y la Verdad es ese Cristo cuya corona es de espinas, y cuyo cetro es su Corazón, y cuyo trono es la Cruz, y que no nos impone su voluntad, sino que nos propone que nos amemos unos a otros como Él nos ha amado.

“Todo el que es de la verdad escucha mi voz”. Jesús nos llama a trabajar para que reine la Verdad día a día, porque así Cristo irá reinando cada vez con más fuerza hasta que su Reino llegue a plenitud.




II DOMINGO DE NAVIDAD