martes, 13 de noviembre de 2018

EL CIENTO POR UNO Y LA VIDA ETERNA

COMENTARIO DEL EVANGELIO

En este domingo, la Palabra de Dios, nos habla, tanto en la primera lectura y en el Evangelio, de una viuda: figura de la más extrema pobreza y marginación en el pueblo de Israel.

En la primera lectura, hemos escuchado cómo el profeta Elías obedeciendo  la voz del Señor, se dirige a Sarepta y es ayudado, tal y como se le había anunciado, por una viuda. De una pobre viuda poco se podía esperar. La viuda hace lo que le manda el profeta, se fía de las palabras de Elías. Él también se había fiado de Dios.
Hermosa lección la que nos imparte esta mujer: darlo todo, hasta quedarse sin nada. Dar lo más que podamos. Y mientras más entreguemos, mayor será la recompensa... Qué tontos somos, qué malos negociantes. No nos damos cuenta de que lo poco que entregamos se nos devuelve centuplicado, revalorizado con valor de eternidad. Ayúdanos, Señor, a darnos por completo, a darte, de un modo o de otro, cuanto tenemos... No comprendemos que nadie te puede ganar en generosidad. Ten compasión de nuestra torpe y absurda tacañería. Y ayúdanos, a saber abrir generosamente nuestro corazón y nuestra cartera.

En el Evangelio, escuchamos a Jesús esta alabanza par con otra pobre viuda: "... ha echado todo lo que tenía para vivir" (Mc 12, 44) 
A los ojos de Jesús, o lo que es lo mismo a los ojos de Dios, aquella modesta limosna valía más que la de los otros. Estos echaban mucho al parecer, pero echaban de lo que les sobraba. 
Quien da, movido por la caridad, recibe del Señor el ciento por uno y la vida eterna. 

DOMINGO DE RAMOS