martes, 14 de enero de 2020

FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

LO DISTINTIVO Y SIGNIFICATIVO DE JESÚS NO FUE CUERPO, SINO SU ESPÍRITU
1.- Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que ha de bautizar con Espíritu Santo. Es algo evidente: si de Cristo se nos dice que adoptó una forma plenamente humana, como un hombre cualquiera, pasando por uno de tantos, es porque, corporalmente, fue en todo semejante a cualquiera de nosotros, menos en el pecado. Lo distintivo y significativo de Jesús de Nazaret no fue tanto lo que hizo y dijo, sino el Espíritu con el hizo lo que hizo y dijo lo que dijo. Tener muchos conocimientos sobre lo que Jesús hizo y dijo es ser un buen Jesusólogo, en cambio, saber mucho sobre el Espíritu con el que Jesús hizo lo que hizo y dijo lo que dijo es ser un buen Neumatólogo. La sociedad cristiana necesita más buenos Neumatólogos, que buenos Jesusúlogos. Y, por supuesto, los cristianos, en general, lo que necesitamos es hacer lo que hacemos y decir lo que decimos con el espíritu con el que actuó y hablo Cristo. Por supuesto, que a una persona se la conoce por lo que hace y dice, pero no sabremos toda la verdad sobre una persona hasta que no sepamos por qué y con qué espíritu hizo lo que hizo y dijo lo que dijo. Con una mala intención, con un mal espíritu, se pueden hacer obras muy buenas. Una misma acción se puede hacer por motivos puramente egoístas, o por motivos altruistas. En nuestras catequesis actuales a los niños y, con mayor razón, a personas mayores, no debemos insistir tanto en detalles históricos sobre lo que Jesús hizo y dijo, porque eso dependió en gran parte del tiempo en el que lo hizo y dijo, y eso no es imitable para nosotros, en cambio debemos hablar más del Espíritu con el que hizo lo que hizo y dijo lo dijo, porque sí podemos en gran parte tratar de imitarlo. Debemos procurar que la vida y el Evangelio de Jesús puedan ser entendidos por la sociedad en la que nosotros vivimos. Las circunstancias de tiempo y lugar son fundamentales para entender lo que una persona hizo, o dijo. Estas circunstancias cambian, lo que no cambia para entender a una persona es entender su espíritu
2.- Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra. Estas palabras del profeta Isaías se refieren al siervo de Yahvé. Son muchos los comentaristas que piensan que el Siervo de Yahvé se refería al verdadero pueblo de Israel, aunque nosotros, los cristianos, siempre hemos visto prefigurado en el siervo de Yahvé a Jesús de Nazaret, a nuestro Mesías. Pues bien, el Mesías debe ser para todos nosotros la luz principal que guíe nuestro caminar en este mundo. Es decir, que Jesús debe ser nuestro camino para llegar al Padre, Dios, y la Luz que nos ilumine durante el camino. Esto, en nuestra sociedad no es algo fácil, ya que los valores que se viven en la sociedad actual son valores económicos, o políticos, o deportivos, pero casi nunca religiosos. Hacer que sea el Espíritu de Jesús el que guíe nuestro caminar nos exigirá vivir en muchos momentos en contra de los valores que actualmente se predican y de los que se habla constantemente. Por eso, los cristianos tenemos que acostumbrarnos a vivir hoy en minoría respecto a la mayoría de los ciudadanos. Respetando siempre a los demás, pero no aceptando todo lo que dicen y de lo que hablan constantemente. Que el Espíritu de Jesús sea nuestra verdadera luz, la luz que nos guíe a nosotros y la luz con la que nosotros intentemos guiar a los demás.
3.- La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre y del Señor Jesucristo sean con vosotros. Estas palabras que san Pablo dirige a la primera comunidad cristiana de Corinto, son muy apropiadas para que las dirijamos hoy nosotros a todas las personas de nuestra comunidad cristiana. La gracia de Dios y la paz de Dios son de verdad lo que más nos hace falta hoy a todas las personas del mundo. Una gracia y una paz que son fraternidad, ejemplaridad, amor incondicional a todos. Aquí, desde Betania, queremos esta gracia y esta paz para todos los habitantes del mundo y, especialmente, para todos aquellos que se acerquen hasta nosotros de la manera que consideren más oportuna.