viernes, 19 de agosto de 2022

XXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

VENDRÁN DE ORIENTE Y OCCIDENTE, Y SE SENTARÁN A LA MESA DEL REINO DE DIOS

21 de agosto de 2022

PRIMERA LECTURA:

“De todas las naciones traerán a todos vuestros hermanos” (Isaías 66, 18-21)

SALMO:

”Id al mundo entero y proclamad el Evangelio” (Salmo 116)

SEGUNDA LECTURA:

“El Señor reprende a los que ama” (Hebreos 12, 5-7.11-13)

EVANGELIO:  (Lucas 13, 22-30)

En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó: - «Señor, ¿serán pocos los que se salven?» Jesús les dijo: - «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo: “¡Señor, ábrenos!”; y él os replicará: “¡No sé quiénes sois!” Entonces comenzaréis a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas.” Pero él os replicará: “No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados.” Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.»

“¿QUIÉN VA A QUERER APUNTARSE?”

VER.-

Desde hace tiempo, pero especialmente tras el confinamiento por la pandemia del coronavirus, he constatado cómo muchas personas, cada vez más, han adoptado una premisa de vida egocéntrica que se resume así: “Yo hago lo que quiero y que nadie venga a decirme nada”. Y esto se concreta en múltiples aspectos de la vida cotidiana: ausencia de las más elementales normas de educación y convivencia, comportamientos incívicos, falta de respeto a las autoridades, a las leyes y normas… Al sufrir alguna de estas actitudes y comportamientos, veo el abismo que media entre este estilo de vida y el que propone el Evangelio y pienso con humor triste: ¿Quién va a querer apuntarse a esto?

JUZGAR.-

Porque las primeras palabras que Jesús nos ha dicho hoy en el Evangelio han sido: Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. La primera palabra ya trae problemas: ¿Esforzaos? Si lo de la “cultura del esfuerzo” sólo lo defienden los deportistas y algunos anticuados como los miembros de la Iglesia, ahora lo que buscamos es precisamente lo contrario, realizar los mínimos esfuerzos posibles, tanto en lo físico como en lo emocional, afectivo… ¿Para qué esforzarse? Si al final, todo da lo mismo.

Y después, ¿entrar por la puerta estrecha? ¿A quién le gusta pasar estrecheces, sean de las que sean? Si lo que buscamos es la mayor comodidad en todo, tener las cosas “ya”, con sólo hacer clic en la pantalla. ¿Para qué asumir algún compromiso en algo, para qué renunciar a algunas cosas, a tu tiempo y libertad… si al final todo da lo mismo?

Y si pasamos a la 2ª lectura, la cosa se pone peor. No rechaces la corrección del Señor, ni te desanimes por su reprensión… porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos. Evidentemente, la lectura no defiende la violencia verbal, emocional o física, pero “reprensión y castigo” son palabras “malditas” para muchos, que no tienen aplicación hoy, y se ha caído en el otro extremo: ¿cuántas veces, en la escuela, en un local público, en la calle… hemos sufrido el mal comportamiento de niños, adolescentes y jóvenes, y sus padres y madres no sólo no los corrigen, sino que, hayan hecho lo que hayan hecho, los defienden y se enfrentan a quien sea? ¿Cuántas veces los adultos reaccionamos con violencia cuando alguien, con razón, nos hace alguna corrección o crítica?

Por eso, “no me extraña”, aunque lo lamente, que la mayoría de la gente no quiera “apuntarse a esto”, no quiera asumir lo que es y supone el verdadero seguimiento de Cristo.

También algunos que se consideran cristianos se dejan llevar por este estilo de vida, contentándose con una fe “sociológica”, que sólo aparece en momentos puntuales (bodas, bautizos, comuniones, fiestas…), o limitándose a “cumplir” (hemos comido y bebido contigo) pero siguiendo después un estilo de vida que, en la práctica, poco se diferencia de quienes no son cristianos.

Pero ese estilo de vida tiene consecuencias negativas. No da lo mismo todo, y menos aún si tenemos presente lo que ha dicho Jesús: Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera… Jesús no nos está amenazando, sino que nos recuerda que en este mundo estamos de paso, y que nuestro destino es la casa del Padre, a cuya puerta llegaremos todos, más pronto o más tarde.

Pero no debemos “apuntarnos” a ser cristianos por miedo, sino teniendo presente que Dios os trata como a hijos, pues ¿qué padre no corrige a sus hijos? No debemos olvidar que somos hijos de Dios; como buen Padre, Él nos ama infinitamente, se preocupa por nosotros y quiere nuestro mayor bien. Por eso, no rechaces la corrección del Señor, no te desanimes por su reprensión, que nos puede llegar por diferentes caminos: por su Palabra, por nuestra conciencia, por medio de otros cristianos…, porque aunque ninguna corrección resulta agradable, en el momento, si no que duele, luego produce fruto apacible de justicia.

ACTUAR.-

¿He detectado y sufrido ese estilo de vida egocéntrico? ¿Caigo en él de algún modo? ¿Soy consciente de lo que es y supone ser cristiano? ¿Quiero “apuntarme” de verdad a esto? ¿Me duele que la mayoría “no quieran apuntarse”? ¿Descubro y acepto las correcciones del Señor?

Precisamente porque el estilo de vida egocéntrico nos influye, hoy el Señor nos hace esta llamada: Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, viviendo como hijos de Dios, aceptando también sus correcciones, para mostrar a otros el camino y poder entrar un día en su Casa.

DOMINGO DE PENTECOSTÉS, solemnidad