Domingo 26 de febrero de 2023
PRIMERA LECTURA:
“Creación y pecado de los primeros padres” (Génesis
2,7-9;3,1-7)
SALMO:
“Misericordia, Señor, hemos pecado” (Salmo 50)
SEGUNDA LECTURA:
“Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Romanos
5,12.17-19)
EVANGELIO: (Mateo 4, 1-11)
“Jesús ayuna cuarenta días y es tentado”
En aquel tiempo, Jesús fue
llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después
de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. El
tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se
conviertan en panes». Pero él le contestó: «Está escrito: "No solo de pan
vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"».
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y
le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Ha
dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que
tu pie no tropiece con las piedras"». Jesús le dijo: «También está
escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios"». De nuevo el diablo lo
llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le
dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras». Entonces le dijo Jesús:
«Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él
solo darás culto"». Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron
los ángeles y lo servían.
ABOGADO DEL DIABLO
VER.-
En el lenguaje común se dice que
alguien hace de “abogado del diablo” cuando, en cualquier asunto, se opone,
critica y pone trabas a los argumentos o a la postura comúnmente aceptada. Este
apelativo de “abogado del diablo” está sacado de los procesos de beatificación
y canonización, porque hasta hace unos años existía la figura así denominada
popularmente (ahora se le llama “promotor de la justicia”), cuya función era
poner objeciones o descubrir errores en la documentación que se aportaba para
que alguien fuera declarado beato o santo. En realidad, esta función de
“abogado del diablo”, al hacer una crítica profunda, lo que buscaba era que
quedara más patente la veracidad de los testimonios y virtudes de esa persona
propuesta como modelo de vida.
JUZGAR.-
El Evangelio del primer domingo
de Cuaresma nos presenta a Jesús, que fue llevado al desierto por el Espíritu
para ser tentado por el diablo. Normalmente nos situamos nosotros como
“víctimas” de la tentación y, a partir de las respuestas que Jesús va dando a
cada tentación, reflexionamos cómo evitar caer nosotros en la misma. Pero en
este domingo vamos a situarnos en la parte contraria: vamos a asumir el papel
de “abogados del diablo”, cuestionando al Señor, sentándolo en el banquillo de
los acusados, a ver cómo se defiende.
Si eres Hijo de Dios, di que
estas piedras se conviertan en panes. Jesús, si eres el Hijo de Dios, ¿por qué
sigue habiendo hambre en el mundo? Presuntamente tienes poder para acabar con
eso, lo mismo que para otras “hambres”: de paz, de salud, de justicia… ¿Por qué
no lo solucionas de una vez?
Y Jesús nos responde lo mismo que
al diablo: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la
boca de Dios. Jesús no se desentiende de los dramas del hambre física o de las
otras “hambres”. Con su respuesta nos propone ir más allá de la simple solución
inmediata de los problemas y necesidades para, apoyados en la Palabra de Dios,
buscar encontrar el alimento que necesitamos para las “hambres” de nuestra vida
y, también, para la vida eterna.
Si eres Hijo de Dios, tírate
abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te
sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”. Jesús,
si eres el Hijo de Dios, ¿por qué estoy pasando esta mala racha? ¿Por qué has
permitido que “tropezara”, que me equivocara en esta decisión? ¿Por qué me ha
caído encima ahora este problema? ¿Y por qué mueren tantas personas en
catástrofes naturales, en accidentes…? ¿Por qué no nos proteges?
Y Jesús responde: No tentarás al
Señor, tu Dios. Antes que echar a Dios la culpa de lo que nos ocurre, Jesús nos
invita a hacer un sincero examen de conciencia para descubrir nuestra parte de
responsabilidad en ello. Y también nos invita a pensar si nuestra idea de Dios
es la de un amuleto o un escudo protector que no tiene que fallarme.
Todo esto te daré, si te postras
y me adoras. Jesús, yo cuido mis rezos, no falto a Misa, doy limosnas… Si haces
lo que te pido, seguiré rezándote y yendo a Misa, pero si no, no querré saber
más de Ti.
Y Jesús responde: Al Señor, tu
Dios, adorarás y a Él solo darás culto. A veces creemos que le hacemos un favor
a Dios rezando, yendo a Misa, dando limosnas… y por eso pretendemos que Dios
actúe como y cuando a nosotros nos parece mejor. Pero sólo Dios es Dios, y
debemos ponerle en el centro de nuestra vida: no es Él quien nos necesita,
somos nosotros quienes lo necesitamos a Él.
ACTUAR.-
Nuestra tentación, muchas veces,
es actuar con Jesús como “abogados del diablo”: ante algunas circunstancias
personales o sociales que no se desarrollan como nosotros queremos, nos creemos
autorizados a sentarle en el banquillo de los acusados y cuestionarle; y, si no
encontramos la respuesta que buscamos, concluimos que “no es el Hijo de Dios” y
lo dejamos de lado.
Pero Jesús hoy nos sigue dando la
misma respuesta que dio al diablo, y en los tres casos comienza diciendo: Está
escrito. La respuesta que buscamos ya la tenemos. Puesto que no sólo de pan
vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios, la Palabra de
Dios ha de tener un protagonismo especial en Cuaresma, para vencer la tentación
de erigirnos en “abogados del diablo” y para que nos guíe y sostenga en todas
las situaciones que la vida nos presenta