sábado, 21 de octubre de 2023

DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO

 22 de octubre de 2023

PRIMERA LECTURA:

“Yo he tomado de la mano a Ciro, para doblegar ante él las naciones” (Isaías 45, 1.4-6)

SALMO:

“Aclamad la gloria y el poder del Señor” (Salmo 95)

SEGUNDA LECTURA:

"Recordamos vuestra fe, vuestro amor y vuestra esperanza” (1 Tesalonicenses 1, 1-5b)

EVANGELIO:

“Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mateo 22, 15-21)

Los fariseos se fueron a deliberar y ver cómo le podrían cazar en alguna palabra. Le enviaron discípulos suyos con los herodianos a decirle: «Maestro, sabemos que eres sincero, que enseñas de verdad el camino de Dios y que no te importa nada el qué dirán, porque no te fijas en las apariencias. Dinos tu parecer: ¿Es lícito pagar el impuesto al césar o no?». Jesús, conociendo su malicia, dijo: «Enseñadme la moneda del tributo». Ellos le presentaron un denario. Jesús les dijo: «¿De quién es esta efigie y esta inscripción?». Respondieron: «Del césar». Él les dijo: «Pues dad al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios».

EL “CÉSAR” DE TURNO

VER:

Con motivo de la celebración de una de las Asambleas Generales de ACG, se imprimieron unos carteles y, para sufragar parte de los gastos, se solicitó una subvención al Ministerio correspondiente. Por este motivo, en los carteles debía aparecer el logotipo del mismo. Se enviaron los carteles a todas las parroquias y a los pocos días se recibió una carta de un cura, muy indignado porque se había pedido la subvención ‘a este Gobierno’. Se le intentó explicar que una cosa son las ayudas a las que se tiene derecho por ser una entidad sin ánimo de lucro, y que acceder a ellas no implica estar de acuerdo con el Gobierno de turno, pero no lo entendió.

JUZGAR:

Desgraciadamente todavía hay muchas personas, tanto miembros de la Iglesia como no miembros, que no saben o no quieren diferenciar los ámbitos en los que la Iglesia debe desempeñar su misión, y así se cae en extremismos: o bien el nacional-catolicismo o bien el laicismo intolerante. Y la consecuencia es que ambos conducen a una continua confrontación.

Hoy Jesús, en el Evangelio, nos recuerda la clave para situarnos en el lugar correcto, ni más, ni menos. “Los fariseos llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta: ¿Es lícito pagar impuesto al César o no?”. Es una pregunta maliciosa, porque, sea cual sea la respuesta de Jesús podrá ser utilizada en su contra. Si decía que sí, se convertía en un colaboracionista del Imperio Romano; si decía que no, podría ser denunciado ante las autoridades por fomentar la rebelión. Parece que Jesús no tiene escapatoria, pero Él, “comprendiendo su mala voluntad”, primero les pide: “Enseñadme la moneda del impuesto… ¿De quién son esta imagen y esta inscripción?”. Y después da una respuesta que es utilizada por creyentes y por no creyentes: “Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

Jesús establece cómo ha de ser la relación de los cristianos con el ‘César’ de turno, y deja patente que, en principio, no hay oposición ni conflicto entre la fe en Dios y el poder político. Los cristianos son parte de la sociedad civil y, como tales, tienen obligaciones tanto respecto al ‘César’ de turno como ante Dios, y deben cumplir ambas, sin que eso signifique un apoyo a todo lo que haga el poder político, y sin dejarse arrastrar (como Jesús no se dejó arrastrar) por quienes (como los fariseos) quieren provocar la confrontación para satisfacer sus intereses personales o partidistas.

Este equilibrio lo viven particularmente los misioneros. Hoy celebramos el DOMUND, con el lema “Corazones ardientes, pies en camino”. El encuentro con el Resucitado hace arder su corazón y les pone en camino para que el Evangelio llegue a todos los rincones del mundo. Y, en su atención preferencial hacia los más pobres y necesitados, dan a Dios “lo que es de Dios”, pero teniendo siempre presentes las circunstancias propias de los países en donde desarrollan su misión.

Además, la 1ª lectura nos ha dado otra razón para dar al ‘César’ de turno lo que es suyo. Nos ha hablado de Ciro, un rey pagano que, aunque no conoce a Dios, con el ejercicio de su política favorece el Plan de Dios y hace posible que el pueblo desterrado pueda volver a Jerusalén; por eso recibe el título de “Ungido”. Esta lectura es una llamada a dejar de lado la estrechez de miras y los prejuicios, para estar dispuestos a aceptar que el ‘César’ de turno, aunque lo consideremos ‘pagano’, puede ser instrumento de Dios sin que lo sepa, como le ocurrió a Ciro.

ACTUAR:

La Palabra de Dios que hemos escuchado es una invitación para revisar si estamos dando, tanto al ‘César’ de turno como a Dios, lo que les corresponde a cada uno, sin dejarnos arrastrar por los extremismos ni por prejuicios de ningún tipo.

Y es una llamada a tener presente lo que la Doctrina Social de la Iglesia, tan desconocida, dice al respecto: «El Concilio Vaticano II ha reafirmado que “la comunidad política y la Iglesia son independientes y autónomas, cada una en su propio terreno” (GS 76). La recíproca autonomía de la Iglesia y de la comunidad política no comporta una separación tal que excluya la colaboración: ambas están al servicio del ser humano, para permitirle el ejercicio de sus derechos y un correcto cumplimiento de los deberes. La Iglesia y la comunidad política pueden desarrollar su servicio “con tanta mayor eficacia, para bien de todos, cuanto mejor cultiven ambas entre sí una sana cooperación” (GS 76). La Iglesia reivindica su libertad para expresar su juicio moral cuantas veces lo exija la defensa de los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas». (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 424-426)