Domingo 29 de octubre de 2023
PRIMERA LECTURA:
“Si explotáis a viudas y a huérfanos, se encenderá mi ira
contra vosotros” (Éxodo 22, 20-26)
SALMO:
“Yo te amo, Señor; Tú eres mi fortaleza” (Salmo 17)
SEGUNDA LECTURA:
"Os convertisteis, abandonando los ídolos, para servir
a Dios y vivir aguardando la vuelta de su Hijo” (1 Tesalonicenses 1, 5c-10)
EVANGELIO:
“Amarás al Señor tu Dios, ya tu prójimo como a ti mismo”
(Mateo 22, 34-40)
Cuando los fariseos oyeron que
había tapado la boca a los saduceos, se reunieron, y uno de ellos, doctor en la
ley, le preguntó para tentarlo: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de
la ley?». Él le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda
tu alma y con toda tu mente. Éste es el principal y primer mandamiento. El
segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos
mandamientos se resume toda la ley y los profetas».
UNA ECOLOGÍA
INTEGRAL
VER. -
Con motivo de la celebración de
una de las Asambleas Generales de ACG, se imprimieron unos carteles y, para
sufragar parte de los gastos, se solicitó una subvención al Ministerio
correspondiente. Por este motivo, en los carteles debía aparecer el logotipo
del mismo. Se enviaron los carteles a todas las parroquias y a los pocos días
se recibió una carta de un cura, muy indignado porque se había pedido la
subvención ‘a este Gobierno’. Se le intentó explicar que una cosa son las
ayudas a las que se tiene derecho por ser una entidad sin ánimo de lucro, y que
acceder a ellas no implica estar de acuerdo con el Gobierno de turno, pero no
lo entendió.
JUZGAR. –
Desgraciadamente todavía hay
muchas personas, tanto miembros de la Iglesia como no miembros, que no saben o
no quieren diferenciar los ámbitos en los que la Iglesia debe desempeñar su
misión, y así se cae en extremismos: o bien el nacional-catolicismo o bien el
laicismo intolerante. Y la consecuencia es que ambos conducen a una continua
confrontación.
Hoy Jesús, en el Evangelio, nos
recuerda la clave para situarnos en el lugar correcto, ni más, ni menos. “Los
fariseos llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta: ¿Es
lícito pagar impuesto al César o no?”. Es una pregunta maliciosa, porque, sea
cual sea la respuesta de Jesús podrá ser utilizada en su contra. Si decía que
sí, se convertía en un colaboracionista del Imperio Romano; si decía que no,
podría ser denunciado ante las autoridades por fomentar la rebelión. Parece que
Jesús no tiene escapatoria, pero Él, “comprendiendo su mala voluntad”, primero
les pide: “Enseñadme la moneda del impuesto… ¿De quién son esta imagen y esta
inscripción?”. Y después da una respuesta que es utilizada por creyentes y por
no creyentes: “Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Jesús establece cómo ha de ser la
relación de los cristianos con el ‘César’ de turno, y deja patente que, en
principio, no hay oposición ni conflicto entre la fe en Dios y el poder
político. Los cristianos son parte de la sociedad civil y, como tales, tienen
obligaciones tanto respecto al ‘César’ de turno como ante Dios, y deben cumplir
ambas, sin que eso signifique un apoyo a todo lo que haga el poder político, y
sin dejarse arrastrar (como Jesús no se dejó arrastrar) por quienes (como los
fariseos) quieren provocar la confrontación para satisfacer sus intereses
personales o partidistas.
Este equilibrio lo viven
particularmente los misioneros. Hoy celebramos el DOMUND, con el lema
“Corazones ardientes, pies en camino”. El encuentro con el Resucitado hace
arder su corazón y les pone en camino para que el Evangelio llegue a todos los
rincones del mundo. Y, en su atención preferencial hacia los más pobres y
necesitados, dan a Dios “lo que es de Dios”, pero teniendo siempre presentes
las circunstancias propias de los países en donde desarrollan su misión.
Además, la 1ª lectura nos ha dado
otra razón para dar al ‘César’ de turno lo que es suyo. Nos ha hablado de Ciro,
un rey pagano que, aunque no conoce a Dios, con el ejercicio de su política
favorece el Plan de Dios y hace posible que el pueblo desterrado pueda volver a
Jerusalén; por eso recibe el título de “Ungido”. Esta lectura es una llamada a
dejar de lado la estrechez de miras y los prejuicios, para estar dispuestos a
aceptar que el ‘César’ de turno, aunque lo consideremos ‘pagano’, puede ser
instrumento de Dios sin que lo sepa, como le ocurrió a Ciro.
ACTUAR. –
La Palabra de Dios que hemos
escuchado es una invitación para revisar si estamos dando, tanto al ‘César’ de
turno como a Dios, lo que les corresponde a cada uno, sin dejarnos arrastrar
por los extremismos ni por prejuicios de ningún tipo.
Y es una llamada a tener presente
lo que la Doctrina Social de la Iglesia, tan desconocida, dice al respecto: «El
Concilio Vaticano II ha reafirmado que “la comunidad política y la Iglesia son
independientes y autónomas, cada una en su propio terreno” (GS 76). La
recíproca autonomía de la Iglesia y de la comunidad política no comporta una
separación tal que excluya la colaboración: ambas están al servicio del ser humano,
para permitirle el ejercicio de sus derechos y un correcto cumplimiento de los
deberes. La Iglesia y la comunidad política pueden desarrollar su servicio “con
tanta mayor eficacia, para bien de todos, cuanto mejor cultiven ambas entre sí
una sana cooperación” (GS 76). La Iglesia reivindica su libertad para expresar
su juicio moral cuantas veces lo exija la defensa de los derechos fundamentales
d
e la persona o la salvación de las almas». (Compendio de la Doctrina Social de
la Iglesia,