Domingo 3 de diciembre de 2023
PRIMERA LECTURA:
“¡Ojalá rasgases el cielo y descendieses!” (Isaías
63,16c-17.19c;64,1.2b-7)
SALMO:
“Oh, Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve”
(Salmo 79)
SEGUNDA LECTURA:
"Aguardamos la manifestación de nuestro Señor
Jesucristo” (1 Corintios 1,3-9)
EVANGELIO:
“Velad, pues no sabéis cuando vendrá el señor de la casa”
(Marcos 13, 33-37)
En aquel tiempo dijo Jesús a sus
discípulos:
Estad atentos, vigilad: pues no
sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó
su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que
velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al
atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que
venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros, lo
digo a todos: ¡Velad!».
ADELANTÉMONOS
VER. -
Cada año se nos invita a que
adelantemos los preparativos externos de la Navidad. Ya en octubre, en plena
ola de calor, en las estanterías de los supermercados se podían encontrar
turrones y polvorones; en noviembre, la publicidad del ‘black Friday’ es una
llamada a comprar con antelación los regalos navideños. El objetivo es fomentar
el consumismo, y la ‘excusa’ que se pone es que, si esperamos a estar más cerca
de la Navidad para hacer las compras, quizá ya no encontremos el producto que
buscamos porque se ha agotado o no lo servirán a tiempo.
JUZGAR. –
Hoy comenzamos el tiempo de
Adviento, uno de los denominados ‘tiempos fuertes’ del año litúrgico. Sin
embargo, aunque vemos el color morado en los ornamentos, y encendemos la Corona
de Adviento, las fiestas de la Constitución y de la Inmaculada Concepción, así
como el ambiente prenavideño en el que nos movemos, hacen que el Adviento pase
muy desapercibido.
Sin embargo, el tiempo de
Adviento es ‘la gran campaña’ con la que la Iglesia nos invita a ‘adelantar’
los preparativos necesarios para celebrar la verdadera Navidad. Es un tiempo
cuya característica propia es la espera, pero no una espera pasiva, sino
activa, porque otra característica propia del Adviento es la esperanza.
El objeto de nuestra esperanza es
el Hijo de Dios hecho hombre. A Él es a Quien esperamos. Podemos decir que Él
es el gran ‘Producto navideño’, el que más debemos buscar y desear. Por eso, si
no queremos quedarnos sin este ‘Producto’, debemos adelantarnos para
encontrarlo.
Y la primera de estas actitudes
nos la ha dicho Jesús, varias veces, en el Evangelio: “¡Velad!” Y nos lo dice
porque corremos el peligro descuidar este tiempo de Adviento y no lo
aprovechemos. Jesús nos pide que no estemos inactivos, o adormecidos, o
despistados con otras actividades, mientras dejamos en último lugar las cosas
de Dios porque creemos erróneamente que ya estamos más que preparados y no
necesitamos adelantar nada.
El Adviento nos recuerda que
necesitamos estar vigilantes para descubrir los signos de su presencia entre
nosotros, “no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos”. Por eso,
debemos velar, observar atentamente los signos de los tiempos, para descubrir
en ellos la presencia de Dios y acogerle.
Si estamos adelantando los
preparativos externos de la Navidad, con mayor motivo debemos adelantarnos en
los preparativos espirituales para poder celebrarla bien. Y para esta
preparación no partimos de cero, ya tenemos lo necesario, como ha dicho san
Pablo en la 2ª lectura: “no carecéis de ningún don gratuito, mientras aguardáis
la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”. Tenemos a nuestra disposición
todo lo necesario para vivir el Adviento: la Eucaristía, la Reconciliación,
tiempos de oración, Equipos de Vida, áreas pastorales donde concretar nuestro
compromiso cristiano…
Estar en vela, vigilantes, es
vivir todo esto como un adelanto de la Navidad, y así nos aseguraremos de que
no nos vamos a quedar sin el ‘Producto’ deseado: Jesús, el Hijo de Dios hecho
hombre.
ACTUAR. -
¿Estoy adelantando los
preparativos navideños? ¿En alguna ocasión me he quedado sin un producto, por
no haberlo buscado con antelación? ¿Entiendo el significado del tiempo de
Adviento, o me pasa desapercibido? ¿Cómo voy a ‘adelantarme’ para celebrar bien
la Navidad?
Como decía san Pablo, Dios nos
llama “a la comunión con su Hijo, Jesucristo nuestro Señor”. Y la Navidad es el
comienzo de esa comunión con Él. Si queremos celebrar la verdadera Navidad,
debemos adelantarnos y prepararla bien, y para eso está el tiempo de Adviento
que hoy comenzamos.
Junto con los preparativos
externos, estemos en vela, porque esperamos a Alguien. Como escribió Benedicto
XVI: «Necesitamos tener esperanzas -más grandes o más pequeñas-, que día a día
nos mantengan en camino. Pero sin la gran esperanza que ha de superar todo lo
demás, aquéllas no bastan. Esta gran esperanza sólo puede ser Dios, Dios es el
fundamento de la esperanza; pero no cualquier dios, sino el Dios que tiene un
rostro humano y que nos ha amado hasta el extremo, a cada uno en particular y a
la humanidad en su conjunto» (Spe salvi 31), el Dios hecho hombre cuyo
nacimiento vamos a ir preparando durante este tiempo de Adviento.