sábado, 12 de julio de 2025

XV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO C

 Domingo 13 de julio de 2025

 

PRIMERA LECTURA:

"El mandamiento está muy cerca de ti para que lo cumplas” (Deuteronomio 30, 10-14)

Lectura del libro del Deuteronomio.

Moisés habló al pueblo, diciendo: «Escucha la voz del Señor, tu Dios, observando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el libro de esta ley, y vuelve al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma. Porque este precepto que yo te mando hoy no excede tus fuerzas, ni es inalcanzable. No está en el cielo, para poder decir: “¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?”. Ni está más allá del mar, para poder decir: “¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?”. El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que lo cumplas».

Palabra de Dios.

 

SALMO:

"Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón” (Salmo 68)


R.  Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

V.  Mi oración se dirige a ti, Señor, el día de tu favor; que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude. Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia; por tu gran compasión, vuélvete hacia mí. /R.

V.  Yo soy un pobre malherido; Dios mío, tu salvación me levante.

Alabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción de gracias. /R.

V.  Miradlo, los humildes, y alegraos; buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón. Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos. /R.

V.  Dios salvará a Sion, reconstruirá las ciudades de Judá. La estirpe de sus siervos la heredará, los que aman su nombre vivirán en ella. /R.

  

SEGUNDA LECTURA:

"Todo fue creado por Él y para Él” (Colosenses 1, 15-20)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses.

Cristo Jesús es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura;

porque en él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles. Tronos y Dominaciones, Principados y Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Palabra de Dios.

 

R.  Aleluya, aleluya, aleluya.

V.  Tus palabras, Señor, son espíritu y vida; tú tienes palabras de vida eterna.

R.  Aleluya, aleluya, aleluya.

 

EVANGELIO:

"¿Quién es mi prójimo?” (Lucas 10, 25-37)

En aquel tiempo, se levantó un maestro de la ley y le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?».  Él le dijo: «¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?».  Él respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza y con toda tu mente. Y a tu prójimo como a ti mismo».  Él le dijo: «Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida».  Pero el maestro de la ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?».  Respondió Jesús diciendo: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto.  Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo.  Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo.  Pero un samaritano que iba de viaje llegó a donde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó.  Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva".  ¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?».  Él dijo: «El que practicó la misericordia con él». Jesús le dijo: «Anda y haz tú lo mismo».

¿CÓMO REACCIONAMOS?

VER. -

En la página web de un periódico podían leerse dos noticias el mismo día. Uno decía: «“Mallorca, refugio de superyates: Spielberg, Zuckerberg y Bezos navegan en la isla. España vuelve a convertirse este verano en uno de los destinos favoritos para los millonarios y sus embarcaciones de lujo”». Y la otra noticia: «“Baleares, desbordada por la llegada de pateras: 22 embarcaciones y casi 400 inmigrantes en sólo siete días”». ¿Cómo reaccionamos? Quizá, en un primer momento, nos llama la atención porque el lugar geográfico es el mismo, pero la realidad humana es muy diferente. Pero lo más seguro es que al poco rato pasemos a otra cosa.

 

JUZGAR. -

En el Evangelio hemos escuchado la parábola del buen samaritano, que es muy conocida. ¿Cómo reaccionamos al escucharla? Quizá, en un primer momento, pensemos: ‘Ya me la sé’, como el maestro de la ley, que sabía perfectamente lo que está escrito en la ley: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza y con toda tu mente. Y a tu prójimo como a ti mismo”. Está claro: hay que ayudar al prójimo, qué malos son el sacerdote y el levita, y qué bueno es el samaritano… Y ‘desconectamos’ y, como hacemos con las noticias, pasamos a otra cosa.

Pero, como leemos en la carta a los Hebreos 4, 12: “La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo; penetra… juzga los deseos e intenciones del corazón”. La parábola del buen samaritano es ‘Palabra viva’, es ‘la noticia’ que Dios hoy nos envía, aquí, en este lugar geográfico donde vivimos, en nuestras circunstancias personales, sociales, económicas… para que ‘reaccionemos’ como Él espera de nosotros. Por eso, vamos a profundizar en las reacciones de los personajes.

“Un maestro de la ley” pregunta a Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?” ¿Me he hecho esa pregunta en el pasado? ¿Me la sigo haciendo en el presente? ¿Reconozco a ‘mi prójimo’ en los otros, cercanos o lejanos, sobre todo en los que diferentes circunstancias han dejado ‘molidos, medio muertos’? ¿O los veo como ajenos a mí, como ‘personajes’ de un libro o serie, pero que no forman parte de mi vida?

“Un sacerdote, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita”. Ante esos que están ‘molidos, medio muertos’, ¿cómo reacciono? ¿Me quedo indiferente o, a lo sumo, con un leve sentimiento de lástima? ¿Hago como si no los viera y paso de largo a otra cosa?

Una primera reacción sería pensar que ‘no puedo hacer nada’ y seguir con mis intereses, ocupaciones, distracciones… Pero no es ésa la reacción que Dios espera de nosotros.

“Un samaritano… se compadeció, y acercándose...”. Ante tantas situaciones de dolor con que nos encontramos, cercanas y lejanas, Dios nos pide ante todo que reaccionemos con compasión. La compasión no es un simple sentimiento de lástima o condolencia: es la reacción que brota de mi corazón porque me siento afectado en lo profundo por la situación del otro y ‘padezco-con’ él. ¿Siento verdadera compasión ante quienes sufren? ¿Me ‘acerco’ a ellos o guardo las distancias?

“Le vendó las heridas, montándolo en su propia cabalgadura lo llevó a una posada, lo cuidó. Sacando dos denarios se los dio al posadero y le dijo: «Cuida de él…»” La reacción de la compasión no se queda en el interior de quien ‘padece-con’, sino que se concreta en acciones efectivas para ayudar al otro en su situación. Unas acciones que puedo llevar a cabo personalmente o a través de otros. ¿Estoy ayudando directamente a alguien, cuidándolo en sus necesidades materiales o espirituales? ¿Apoyo a otras personas o entidades para que ‘cuiden’ en mi lugar a los ‘molidos, medio muertos’ por la vida?

 

ACTUAR. -

El Papa Francisco ya advirtió en “Evangelii gaudium” 54: «se ha desarrollado una globalización de la indiferencia. Casi sin advertirlo, nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos, como si todo fuera una responsabilidad ajena que no nos incumbe».

Han pasado 12 años desde que lo escribió y, lamentablemente, nos sigue costando reaccionar como Dios quiere ante la globalización de la indiferencia, con los de cerca y con los de lejos.

Hoy el Señor nos vuelve a preguntar por nuestro prójimo, sobre todo por los ‘apaleados’, y espera que practiquemos la misericordia con él, y nos dice lo mismo que al maestro de la ley: “Anda y haz tú lo mismo”. ¿Cómo reaccionamos ante esta petición del Señor? Pidamos al Espíritu Santo que nos enseñe a reaccionar con misericordia, porque “este precepto no excede tus fuerzas ni es inalcanzable… el mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que lo cumplas”.





 

 

sábado, 5 de julio de 2025

XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO C

 Domingo, 6 de julio de 2025

PRIMERA LECTURA:

"Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz” (Isaías 66, 10-14c)

Lectura del libro de Isaías.

Festejad a Jerusalén, gozad con ella, todos los que la amáis; alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto; mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos, y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes. Porque así dice el Señor: «Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz, como un torrente en crecida, las riquezas de las naciones. Llevarán en brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las acariciarán; como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo, y en Jerusalén seréis consolados. Al verlo, se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos florecerán como un prado, se manifestará a sus siervos la mano del Señor».

Palabra de Dios.

SALMO:

"Aclamad al Señor, tierra entera” (Salmo 65)

R.  Aclamad al Señor, tierra entera.

V.  Aclamad al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria. Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!». /R.

V.  Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor,

que toquen para tu nombre. Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres. /R.

V.  Transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río. Alegrémonos en él, que con su poder gobierna eternamente. /R.

V.  Los que teméis a Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo. Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica ni me retiró su favor. /R.

SEGUNDA LECTURA:

"Llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús” (Gálatas 6, 14-18)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

Hermanos: Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. Pues lo que cuenta no es la circuncisión ni la incircuncisión, sino la nueva criatura. La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre el Israel de Dios. En adelante, que nadie me moleste, pues yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.

Palabra de Dios.

EVANGELIO:

"Descansará sobre ellos vuestra paz” (Lucas 10,1-12.17-20)

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa. Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: "El reino de Dios ha llegado a vosotros". Pero si entráis en una ciudad y no os reciben, saliendo a sus plazas, decid: "Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que el reino de Dios ha llegado". Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad.

Los setenta y dos volvieron con alegría, diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre». Él les dijo: «Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y nada os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».

VIVIR LA VIDA COMO VOCACIÓN.

VER. -

Del 7 al 9 de febrero de 2025 se celebró el ‘Congreso de Vocaciones: ¿Para Quién soy?’, y el próximo 4 de octubre se celebrará en Valencia un ‘Encuentro Diocesano de Vocaciones’. Normalmente hemos entendido la vocación como lo que sienten los que van a ser ‘curas o monjas’; y también que ‘han recibido la llamada’, como si fuera una comunicación directa de Dios, una voz, un fogonazo… Pero, afortunadamente, con estos Congresos y Encuentros se está clarificando lo que es la vocación, la llamada que Dios dirige a todos los que somos su Iglesia.

JUZGAR. -

Uno de los objetivos del Congreso era que todos los miembros de la Iglesia (sacerdotes, personas con una especial consagración, y laicos) entendamos la vida, toda nuestra vida, como vocación. Y el Evangelio que hemos escuchado nos ayuda a profundizar en ello: “Designó el Señor otros setenta y dos”. El punto de partida de la vocación es el Señor, Él es quien llama. La vocación es un don, un regalo que el Señor me da y que he de acoger y agradecer. Tras experimentar esa llamada, la persona inicia el discernimiento y toma una serie de decisiones para orientar y vivir la vida como vocación.

Y vivir la vida como vocación es algo que va más allá de los tiempos y espacios estrictamente eclesiales: “los mandó delante de Él, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir Él”. Como se indicó en el documento preparatorio, «promover la vida como vocación es un asunto de importancia política en la sociedad en la que vivimos. Se echan de menos hombres y mujeres, que, además de enarbolar banderas, estén dispuestos a empeñar su propia vida en aquello que proclaman». Y esto, en todos los ámbitos de la vida familiar, social, política…

Por eso, como se indicó en la ponencia final, citando al Papa Francisco en “Christus vivit”, la misión es inseparable de nuestra identidad como cristianos: «no “tengo” una misión, sino que “soy una misión”. Los talentos que se me han dado no son para mi bienestar sino para el servicio».

Cada miembro de la Iglesia está llamado a vivir la vida como vocación desempeñando la misma misión de formas diferentes, según sea laico, con una especial consagración, o sacerdote. Como dijo Mons. Luis Argüello en la homilía final del Congreso, «la diversidad de estas vocaciones enriquece a la Iglesia y muestra su comunión y misión. Cada vocación contribuye a la misión común de anunciar el Reino de Dios. Todos, cada uno según su propia vocación», pero con unos criterios comunes que ha indicado el Señor: lo principal es el propio testimonio, no los medios materiales que se utilicen (“no llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias”); es algo primordial en mi vida, no es una distracción (“no saludéis a nadie por el camino”); recordando que la fe se propone, no se impone (“cuando entréis en una casa, decid primero: «Paz a esta casa»”); he de centrarme en lo que me pide el Señor (“no andéis cambiando de casa en casa”); he de respetar la libertad de los otros para acoger o rechazar el mensaje (“si os reciben… si no os reciben…”).

También, como decía la 2ª lectura, vivir la vida como vocación no es alcanzar el éxito personal, sino que conlleva muchas dificultades: “Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo”.

Y, sobre todo, vivir la vida como vocación ha de apoyarse en esta certeza: «Dios llama por amor y su llamada nos envía a extender el amor. La llamada de Dios que toca nuestro corazón se sustancia en un mandato. Lo podríamos decir de muchas maneras: el amor es la fuente de donde brota la llamada y es el mandato que hemos recibido. En esencia la misión no es otra cosa que inundar el mundo de fe, amor y esperanza».

ACTUAR. –

“La mies es abundante y los obreros pocos”. Todos los miembros de la Iglesia debemos vivir la vida como vocación, para hacer presente el amor de Dios en todos los ámbitos de la vida humana. Como dijo Benedicto XVI en “Dios es amor”, 39: «La fe nos muestra a Dios que nos ha dado a su Hijo y así suscita en nosotros la certeza de que realmente es verdad que Dios es amor. De este modo transforma nuestras dudas en la esperanza segura de que el mundo está en manos de Dios y que, no obstante las oscuridades, al final vencerá Él. La fe, que hace tomar conciencia del amor de Dios revelado en el corazón traspasado de Jesús en la cruz, suscita a su vez el amor. El amor es una luz —en el fondo la única— que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar. El amor es posible, y nosotros podemos ponerlo en práctica. Vivir la vida como vocación es nuestra respuesta a Quien nos ha amado primero (1Jn 4, 19) y nos ha llamado amigos (Jn 15, 15). Y esa amistad es la que me lleva a anunciar a otros el Amor que Dios me ha manifestado (1Jn 4, 19). Y nos ha llamado amigos (Jn 15, 15). Y esa amistad es la que me lleva a anunciar a otros el Amor que Dios me ha manifestado.





 

 

 

viernes, 27 de junio de 2025

SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO - CICLO C

Domingo, 29 de junio de 2025

 

PRIMERA LECTURA:

"Te doy lo que tengo: en nombre de Jesús, levántate y anda” (Hechos 3,1-10)

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

En aquellos días, el rey Herodes decidió arrestar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, decidió detener también a Pedro. Eran los días de los Ácimos. Después de prenderlo, lo metió en la cárcel, entregándolo a la custodia de cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno; tenía intención de presentarlo al pueblo pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él. Cuando Herodes iba a conducirlo al tribunal, aquella misma noche, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel. De repente, se presentó el ángel del Señor, y se iluminó la celda. Tocando a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo: «Date prisa, levántate». Las cadenas se le cayeron de las manos, y el ángel añadió: «Ponte el cinturón y las sandalias». Así lo hizo, y el ángel le dijo: «Envuélvete en el manto y sígueme». Salió y lo seguía, sin acabar de creerse que era realidad lo que hacía el ángel, pues se figuraba que estaba viendo una visión. Después de atravesar la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que daba a la ciudad, que se abrió solo ante ellos. Salieron y anduvieron una calle y de pronto se marchó el ángel. Pedro volvió en sí y dijo: «Ahora sé realmente que el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de toda la expectación del pueblo de los judíos».

Palabra de Dios.

 

SALMO:

R.  El Señor me libró de todas mis ansias.

V.  Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. /R.

V.  Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. /R.

V.  Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. El afligido invocó al Señor, él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. /R.

V.  El ángel del Señor acampa en torno a quienes lo temen y los protege.

Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. /R.

 

SEGUNDA LECTURA:

"Dios me escogió desde el seno de mi madre” (Gálatas 1, 11-20)

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo.

Querido hermano: Yo estoy a punto de ser derramado en libación y el momento de mi partida es inminente. He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación. Mas el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, a través de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todas las naciones. Y fui librado de la boca del león. El Señor me librará de toda obra mala y me salvará llevándome a su reino celestial. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios.

R.  Aleluya, aleluya, aleluya.

V.  Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.

R.  Aleluya, aleluya, aleluya.

 

EVANGELIO:

"Apacienta mis corderos, pastorea mis ovejas” (Juan 21, 15-19)

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».  Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo». Jesús le respondió: «¡Bienaventurado tú, Simón, ¡hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».

 

¿QUÉ SIGNIFICA EL PAPA?

VER. -

La muerte del Papa Francisco y la elección de León XIV acapararon durante muchos días el centro de atención. Para muchos, el Papa es un líder religioso que actúa desde un centro de poder, el Vaticano; para otros, el Papa representa algo arcaico, con un ceremonial y formas impropias del siglo XXI; para otros, ese ceremonial y formas representan algo ‘seguro’ que debe mantenerse en este cambio de época; otros lloraron por la muerte de Francisco y se entusiasmaron por la elección de León XIV... pero seguramente pocos sabrían explicar qué significa el Papa en la Iglesia Católica.

 

JUZGAR. -

Hoy celebramos la Solemnidad de los santos Pedro y Pablo, el primer Papa y el gran evangelizador de los gentiles, dos fundamentos de la Iglesia apostólica, ambos diferentes pero complementarios, como diremos después en el Prefacio: «Pedro fue el primero en confesar la fe, Pablo, el maestro insigne que la interpretó; aquél fundó la primitiva Iglesia con el resto de Israel, éste fue maestro y doctor en la vocación de los gentiles. Así, por caminos diversos, congregaron la única familia de Cristo».

Dos fundamentos de la Iglesia que, de entrada, no parecen ser los más indicados: Pedro es mostrado en los Evangelios como uno de los primeros discípulos que fueron llamados por el Señor, testigo privilegiado de momentos importantes en la vida y predicación de Jesús, el primero en reconocer: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Evangelio del día). Pero también es mostrado como el que rechazó el anuncio de la Pasión de Jesús y acabo negándole tres veces. Pablo afirma que él ha recibido el Evangelio directamente “por revelación de Jesucristo”, pero también reconoce “con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba…” Pero, a pesar de sus debilidades, ambos han sido elegidos por el Señor como piedras fundamentales de la Iglesia, edificada sobre la Roca que es Cristo.

Por esta elección del Señor, porque Él así lo quiso, y no por sus méritos personales, es por lo que san Pedro y san Pablo ocupan un lugar destacado y reciben una especial veneración en la Iglesia.

Respecto a Pedro, Jesús le entrega “las llaves del Reino de los cielos”, y le da el poder de ‘atar y desatar’, un poder que Pedro deberá ejercer no como autoritarismo y dominación, sino desde la conciencia de su debilidad, teniendo presentes las tres preguntas de Jesús: “¿Me amas… Me amas… ¿Me quieres?” Como dijo el Papa León XIV en la homilía de inicio de su ministerio petrino: «¿Cómo puede Pedro llevar a cabo esta tarea? El Evangelio nos dice que es posible sólo porque ha experimentado en su propia vida el amor infinito e incondicional de Dios, incluso en la hora del fracaso y la negación». Será entonces cuando podrá realmente apacentar el rebaño del Señor y llevar a cabo lo que Jesús le había dicho: “Cuando te hayas convertido, confirma a tus hermanos”. (Lc 22, 32)

Ésta es la misión y el estilo que deben seguir los sucesores de Pedro, los Papas, como también expresó León XIV en su homilía: «Fui elegido sin tener ningún mérito y, con temor y temblor, vengo a vosotros como un hermano que quiere hacerse siervo de vuestra fe y de vuestra alegría, caminando con vosotros por el camino del amor de Dios. No se trata nunca de atrapar a los demás con el sometimiento, con la propaganda religiosa o con los medios del poder, sino que se trata siempre y solamente de amar como lo hizo Jesús».

Por eso, el Papa, sea quien sea, es querido en la Iglesia como el ‘gran puente’ (‘Sumo Pontífice’) que, por medio de su ministerio, ‘nos confirma en la fe’ y nos enseña a acercarnos, también conscientes de nuestra debilidad y pecado, al encuentro con el amor misericordioso de Dios

En cuanto a Pablo, de quien hablamos más extensamente en la fiesta de su conversión (25 de enero), siempre realizó su misión entre los gentiles en comunión con Pedro, y aprendieron a superar las discrepancias y obstáculos desde la común experiencia de su amor por Cristo.

ACTUAR. -

La Solemnidad de hoy nos debe llevar a valorar y agradecer este regalo que hemos recibido desde Pedro, el primer Papa, y desde Pablo, el gran Apóstol de los gentiles, y que han continuado sus sucesores, los Papas y Obispos. Hoy es ocasión, para nosotros y para los demás, de clarificar lo que es y significa la figura del Papa, sin quedarnos en la persona concreta ni en el ‘ropaje externo’, sino en lo que representa: Cristo Resucitado continúa su misión evangelizadora para que encontremos la salvación que Él nos ofrece, y uno de los modos de hacerlo es servirse del sucesor de Pedro, el Papa, para que continúe ‘confirmando en la fe’ a todos los que somos y formamos la Iglesia.


 



sábado, 21 de junio de 2025

SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO - CICLO C

Domingo 22 de junio de 2025

PRIMERA LECTURA:

"Ofreció pan y vino” (Génesis 14, 18-20)

Lectura del libro del Génesis.

En aquellos días, Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino, y le bendijo diciendo: «Bendito sea Abrán por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos». Y Abrán le dio el diezmo de todo.

Palabra de Dios.

SALMO:

"Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec” (Salmo 109)

R.  Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

V.  Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies». /R.

V.  Desde Sion extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. /R.

V.  «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, desde el seno, antes de la aurora». /R.

V.  El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec». /R.

SEGUNDA LECTURA:

"Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor” (1 Corintios 11, 23-26)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. Hermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía». Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía». Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Palabra de Dios.

SECUENCIA


Alaba, alma mía, a tu Salvador;

alaba a tu guía y pastor

con himnos y cánticos.

 

Pregona su gloria cuanto puedas,

porque él está sobre toda alabanza, y jamás podrás alabarle lo bastante.

 

El tema especial de nuestros loores es hoy el pan vivo

y que da vida.

 

El cual se dio en la mesa de la sagrada cena al grupo de los doce apóstoles sin género de duda.

Sea, pues, llena, sea sonora,

sea alegre, sea pura la alabanza de nuestra alma.

 

Pues celebramos el solemne día

en que fue instituido

este divino banquete.

 

En esta mesa del nuevo rey,

la pascua nueva de la nueva ley

pone fin a la pascua antigua.

 

Lo viejo cede ante lo nuevo,

la sombra ante la realidad,

y la luz ahuyenta la noche.

 

Lo que Jesucristo hizo en la cena, mandó que se haga en memoria suya.

Instruidos con sus santos mandatos, consagramos el pan y el vino, en sacrificio de salvación.

 

Es dogma que se da a los cristianos, que el pan se convierte en carne, y el vino en sangre.

 

Lo que no comprendes y no ves,

una fe viva lo atestigua, fuera de todo el orden de la naturaleza.

 

Bajo diversas especies,

que son accidentes y no sustancia, están ocultos los dones más preciados.

 

Su Carne es alimento y su Sangre bebida; más Cristo está todo enterobajo cada especie.

 

Quien lo recibe no lo rompe,

no lo quebranta ni lo desmembra; recíbese todo entero.

 

Recíbelo uno, recíbenlo mil;

y aquel lo toma tanto como estos, pues no se consume al ser tomado.

 

Recíbenlo buenos y malos;

más con suerte desigual

de vida o de muerte.

 

Es muerte para los malos,

y vida para los buenos;

mira cómo un mismo alimento

produce efectos tan diversos.

 

Cuando se divida el Sacramento,

no vaciles, sino recuerda que Jesucristo tan entero está en cada parte como antes en el todo.

 

No se parte la sustancia,

se rompe solo la señal;

ni el ser ni el tamaño

se reducen de Cristo presente.

 

He aquí el pan de los ángeles,

hecho viático nuestro;

verdadero pan de los hijos,

no lo echemos a los perros.

 

 

Figuras lo representaron:

Isaac fue sacrificado; el cordero pascual, inmolado;

el maná nutrió a nuestros padres.

 

Buen Pastor, Pan verdadero,

¡oh, Jesús!, ten piedad.

Apaciéntanos y protégenos;

haz que veamos los bienes

en la tierra de los vivientes.

 

Tú, que todo lo sabes y puedes,

que nos apacientas aquí siendo aún mortales, haznos allí tus comensales, coherederos y compañeros de los santos ciudadanos.

R.  Aleluya, aleluya, aleluya.

V.  Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo —dice el Señor—; el que coma de este pan vivirá para siempre.

R.  Aleluya, aleluya, aleluya.

 

EVANGELIO:

"Comieron todos y se saciaron” (Lucas 9, 11b-17)

En aquel tiempo, Jesús hablaba a la gente del reino y sanaba a los que tenían necesidad de curación. El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado». Él les contestó: «Dadles vosotros de comer». Ellos replicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente». Porque eran unos cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: «Haced que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno». Lo hicieron así y dispusieron que se sentaran todos. Entonces, tomando él los cinco panes y los dos peces y alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos.

NOTICIA DE PRIMERA PÁGINA.

VER. -

Pasados los primeros días, el Papa León XIV ha dejado de ser ‘noticia de primera página’ y los titulares los ocupan otros temas de actualidad. Pero eso no significa que no haya ‘noticias’ respecto al Papa. Y hay dos palabras que el Papa León ha destacado desde que fue elegido: amor y unidad. Así lo expresó en sus primeras palabras: «¡Dios os ama a todos! Estamos todos en las manos de Dios. Por lo tanto, sin miedo, unidos de la mano con Dios y entre nosotros, vayamos adelante: somos discípulos de Cristo. Amor y unidad: estas son las dos dimensiones de la misión que Jesús confió a Pedro». Unas palabras que deben seguir siendo ‘noticia de primera página’ para quienes somos y formamos la Iglesia. 

 

JUZGAR. -

La Eucaristía sintetiza estas dos dimensiones, amor y unidad, como dijo Benedicto XVI en “Sacramentum caritatis”: «La Santísima Eucaristía es el don que Jesucristo hace de sí mismo, revelándonos el amor infinito de Dios. En este admirable Sacramento se manifiesta el amor “más grande” (1). Por el Sacramento eucarístico Jesús nos muestra la unión que ha querido establecer entre Él y nosotros, entre su persona y la Iglesia (14). La comunión tiene siempre y de modo inseparable una connotación vertical y una horizontal: comunión con Dios y comunión con los hermanos y hermanas. Las dos dimensiones se encuentran misteriosamente en el don eucarístico» (76).

Esta doble dimensión de la Eucaristía requiere de algo que, lamentablemente, también ha dejado de ser noticia pero que debemos devolver a la ‘primera página’: la sinodalidad, caminar juntos, uno de los importantes procesos eclesiales que el Papa Francisco dejó abiertos y que el Papa León ha recogido con toda claridad: «Quiero caminar junto a vosotros como Iglesia unida. Queremos ser una Iglesia sinodal».

Y en el documento final de la última sesión del Sínodo sobre la sinodalidad, celebrada en octubre de 2024, se destaca la centralidad y necesidad de la Eucaristía para que, como Iglesia, podamos caminar juntos: «La celebración de la Eucaristía, especialmente el domingo, "significa y realiza la unidad de la Iglesia" (UR 2). En la participación plena, consciente y activa" (SC 14) de todos los fieles, se hace visible la comunidad cristiana. La Iglesia, Cuerpo de Cristo, depende de la Eucaristía para articular unidad y pluralidad: unidad de la celebración y diversidad de vocaciones, carismas y ministerios». (26)

La Eucaristía nos hace vivir la sinodalidad, nos enseña a todos los miembros de la Iglesia a caminar juntos, pero «la sinodalidad no es un fin en sí misma, sino que apunta a la misión que Cristo ha confiado a la Iglesia en el Espíritu. Evangelizar es la misión esencial de la Iglesia» (32). Y ésta es la llamada que hemos recibido del Señor en el Evangelio; tras realizar el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, con unos gestos que prefiguran la celebración de la Eucaristía, Jesús les dice y nos dice: “Dadles vosotros de comer”.

El amor y la unidad que recibimos en la Eucaristía no es para disfrutarla sólo nosotros, hemos de hacer que sea ‘noticia de primera página’ para otros, como también ha pedido el Papa en la homilía de inicio de su ministerio petrino: «Vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres. Y nosotros queremos ser, dentro de esta masa, una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad. Nosotros queremos decirle al mundo, con humildad y alegría: ¡Mirad a Cristo! ¡Acercaos a Él! ¡Acoged su Palabra que ilumina y consuela! Escuchad su propuesta de amor para formar su única familia: en el único Cristo somos uno. Y ésta es la vía que hemos de recorrer juntos, unidos entre nosotros. Éste es el espíritu misionero que debe animarnos; estamos llamados a ofrecer el amor de Dios a todos», un Amor realmente presente en la Eucaristía.

ACTUAR. –

¿Las palabras del Papa León, o el Sínodo sobre la sinodalidad, siguen siendo ‘noticias de primera página’ para mí, o ya las he olvidado? ¿Vivo de forma equilibrada la dimensión vertical (unión con Dios) y horizontal (unión con los hermanos) de la Eucaristía? ¿Cómo ‘doy de comer’ a otros?

Hoy pedimos que el amor y la unidad que recibimos del Señor, presente en la Eucaristía, sea siempre ‘noticia de primera página’, para nosotros y para tantos ‘hambrientos’, porque «la Iglesia tiene la misión de llevar este espléndido anuncio a un mundo cambiante. Mientras se alimenta en la Eucaristía del Cuerpo y de la Sangre del Señor, sabe que no puede olvidar a los pobres, a los últimos, a los excluidos, a los que no conocen el amor y están sin esperanza».



viernes, 13 de junio de 2025

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD - CICLO C

Domingo, 15 de junio de 2025

PRIMERA LECTURA:

"Antes de que la tierra existiera, la Sabiduría fue engendrada” (Proverbios 8, 22-31)

Lectura del libro de los Proverbios.

Esto dice la Sabiduría de Dios:

«El Señor me creó al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras antiquísimas. En un tiempo remoto fui formada, antes de que la tierra existiera. Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales de las aguas. Aún no estaban aplomados los montes, antes de las montañas fui engendrada. No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del orbe. Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del abismo; cuando sujetaba las nubes en la altura, y fijaba las fuentes abismales; cuando ponía un límite al mar, cuyas aguas no traspasan su mandato; cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como arquitecto, y día tras día lo alegraba, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba con la bola de la tierra, y mis delicias están con los hijos de los hombres».

Palabra de Dios.

SALMO:

"Señor, Dios nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!” (Salmo 8)

R.  ¡Señor, Dios nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

V.  Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado. ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano, para mirar por él?

V.  Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos. Todo lo sometiste bajo sus pies.

V.  Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar que trazan sendas por el mar.

 

SEGUNDA LECTURA:

"A Dios, por medio de Cristo, en el amor derramado por el Espíritu” (Romanos 5, 1-5)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

Hermanos: Habiendo sido justificados en virtud de la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por el cual hemos obtenido además por la fe el acceso a esta gracia, en la cual nos encontramos; y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos incluso en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia, la paciencia, virtud probada, la virtud probada, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado.

Palabra de Dios.

R.  Aleluya, aleluya, aleluya.

V.  Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo; al Dios que es, al que era y al que ha de venir.

R.  Aleluya, aleluya, aleluya.

EVANGELIO:

"Lo que tiene el Padre es mío. El Espíritu recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará” (Juan 16, 12-15)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará.

 

TANTO MONTA, MONTA TANTO, EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO.

VER. -

Muchos hemos oído desde pequeños la frase ‘Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando’, creyendo que era el lema de los Reyes Católicos, aunque no es así; “Tanta monta” era sólo una abreviatura de la divisa Fernando el Católico. Pero la frase pasó a la cultura popular dándole un significado: que, en un grupo humano, da igual quien hable o haga las cosas, porque todos tienen la misma autoridad; o bien que no importa el orden o la forma en que se hagan las cosas, porque el resultado final será el mismo. 

JUZGAR. -

Hoy, una vez finalizado el tiempo de Pascua, celebramos la Solemnidad de la Santísima Trinidad. A menudo, cuando pensamos en la Santísima Trinidad, la vemos como una especie de rompecabezas, en el que debemos encajar el Tres en Uno y el Uno en Tres; tampoco nos sirven de mucho los necesarios argumentos teológicos que muestran la razonabilidad de la afirmación del Dios Uno y Trino, porque superan la capacidad de entendimiento del común de la gente.

Pero debemos y necesitamos conocer cada vez mejor a Dios, porque de la idea e imagen que tengamos de Él dependerá el tipo de relación que tendremos con Él.

Por eso, debemos recordar que, durante la Pascua, hemos celebrado el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, pero este misterio es consecuencia del mayor Misterio de nuestra fe, que es el Dios Uno que se nos ha revelado como Trinidad y como una comunidad de amor, porque como leemos en la primera carta de san Juan, “Dios es amor”. (1Jn 4, 8)

Y, para acercarnos al Misterio de la Santísima Trinidad, la Palabra de Dios que hoy hemos escuchado nos invita a reformular la frase que atribuíamos a los Reyes Católicos, pero diciendo: “Tanta monta”, monta tanto, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo’.

En la 1ª lectura hemos escuchado: “Esto dice la Sabiduría de Dios: El Señor me creó al principio de sus tareas… antes de que la tierra existiera… Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo…” Esta Sabiduría de Dios se identifica con el Hijo, que está junto al Padre eternamente, como también recoge san Juan en el prólogo de su Evangelio: “En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios”. (Jn 1, 1-2) Ya nos está indicando el Misterio de unidad que forman el Padre y el Hijo.

Y en el Evangelio hemos escuchado que Jesús decía del Espíritu Santo: “no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye… porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará”. Jesús amplía el Misterio de Unidad, incluyendo al Espíritu Santo, que no actúa “por cuenta propia”, de forma independiente, sino en total unión con el Padre y del Hijo.

La celebración del mayor misterio de nuestra fe, la Santísima Trinidad, nos invita a afirmar: “Tanta monta”, monta tanto, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo’. Como diremos en el Prefacio, son «tres Personas distintas, de única naturaleza e iguales en dignidad». Son Tres Personas distintas que comparten el ser Dios, y en ese ‘ser Dios’, las Tres son iguales en su dignidad, no hay Uno más que Otro.

Y, como ‘Tanto monta, monta tanto, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo’, al Misterio que es Dios podemos acercarnos desde cualquiera de las tres Personas: unos, desde la contemplación de la creación, pueden intuir al Dios Padre creador, como decimos en el Credo; otros, por las palabras y obras de Jesús, pueden descubrir lo que dijo a Felipe: “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”. (Jn 14, 9); y otros, desde el amor sincero, pueden experimentar lo que decía la 2ª lectura: que “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado”. Porque, como escribió san Agustín: «Ves la Trinidad si ves el amor». (De Trinitate, VIII, 8, 12)

ACTUAR. -

“Tanta monta, monta tanto, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”. El Misterio de la Santísima Trinidad se nos ha revelado para enriquecer nuestra vida de fe: para que nos sepamos hijos de nuestro Padre, para vivir como hermanos del Hijo, para estar unidos en el amor por el Espíritu Santo. Que la Santísima Trinidad nos ayude a descubrir “la esperanza que no defrauda”, como estamos celebrando en este año jubilar, y vivir como “Peregrinos de esperanza” hasta que lleguemos a “la verdad plena”, el Dios Uno y Trino que nos llama a participar en su comunidad de vida y amor.