Domingo, 10 de marzo de 2024
PRIMERA LECTURA:
“La ira y la misericordia del Señor serán manifestadas en el
exilio y en la liberación del pueblo” (2 Crónicas 36, 14-16 .19-23)
SALMO:
“Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de
Ti” (Salmo 136)
SEGUNDA LECTURA:
“Muertos por los pecados, estáis salvados por pura gracia”
(Efesios 2, 4-10)
EVANGELIO:
“Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por Él”
(Juan 3, 14-21)
En aquel tiempo dijo Jesús a
Nicodemo: Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del
hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que
ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida
eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que
todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no
envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve
por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado,
porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Este es el juicio: que
la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque
sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se
acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la
verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según
Dios».
FOTOFOBIA
ESPIRITUAL
VER. -
La fotofobia es una intolerancia
a la luz, sea natural o artificial. La oftalmología nos explica que no es una
enfermedad en sí misma, sino más bien un síntoma de otras enfermedades que
afectan al ojo o al cerebro. Y también la psiquiatría y la psicología nos
hablan de fotofobia refiriéndose al rechazo e incluso aversión que algunas
personas manifiestan hacia la luz, especialmente la del sol, y que, también en
este caso, es un síntoma de algún problema de salud mental. Puesto que la
fotofobia es un síntoma de otras enfermedades, no hay un tratamiento específico
para curarla, sino que hay que buscar y tratar la enfermedad que la está
causando.
JUZGAR. –
Hoy la Palabra de Dios nos ha presentado otro tipo de fotofobia: la
espiritual, que consiste en la intolerancia o el rechazo hacia Dios. Una
‘fotofobia espiritual’ que ha aquejado desde siempre al ser humano. La 1ª
lectura nos ha recordado que “todos los jefes, los sacerdotes y el pueblo
multiplicaron sus infidelidades, profanando el templo del Señor”. Y, aunque “el
Señor les enviaba mensajeros a diario, ellos escarnecían a los mensajeros de
Dios, se reían de sus palabras y se burlaban de sus profetas”.
Y en el Evangelio Jesús ha dicho que “la luz vino al mundo, y los
hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues
todo el que obra el mal detesta la luz y no se acerca a la luz”.
La ‘fotofobia espiritual’ nos
sigue afectando hoy en día, y se manifiesta con mayor o menor intensidad: desde
el simple alejamiento e indiferencia hacia lo religioso, viviendo en la
práctica como si Dios no existiera, pasando por la burla y ridiculización de
todo lo referente a la fe cristiana, y por un rechazo consciente hacia todo lo
que se refiera a Dios en cualquier ámbito, hasta llegar a casos más extremos
como los actos vandálicos hacia edificios y símbolos religiosos y la
persecución y asesinato que todavía hoy siguen sufriendo muchos cristianos en
todo el mundo.
También la ‘fotofobia espiritual’
es síntoma de ‘enfermedades’ más profundas que afectan al ser humano,
individual y socialmente: la propia historia personal, egoísmo, pereza,
ambiente sociocultural, relativismo, materialismo, anti testimonio de algunos
miembros de la Iglesia… que se engloban en el misterio de la libertad humana,
que puede aceptar a Dios o rechazarlo.
Pero la ‘fotofobia espiritual’
tiene unas consecuencias que también indica hoy la Palabra de Dios: “deportó a
Babilonia a todos los que habían escapado de la espada, fueron esclavos…” (1ª
lectura). Y “el que no cree ya está juzgado porque no ha creído en el nombre
del Unigénito de Dios” (Evangelio). El rechazo hacia Dios conlleva la pérdida
completa de «una esperanza fiable, gracias a la cual podemos afrontar nuestro
presente» (Benedicto XVI, Spe salvi 1). Sin esa esperanza fiable, la oscuridad
reinaría en nuestra vida cotidiana, que se convierte, en el mejor de los casos,
en “comamos y bebamos que mañana moriremos” (Is 22, 13; 1Cor 15, 32); la vida
humana sería ‘una pasión inútil” (J. P. Sartre: “El ser y la nada”); y el
sufrimiento, la injusticia, el mal, el sinsentido y el vacío tendrían la última
palabra.
Pero Dios, respetando siempre la
libertad humana, nos indica el camino para salir de la tiniebla existencial y
acercarnos a la luz. Como hemos escuchado en la 2ª lectura: “Dios, rico en
misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por
los pecados, nos ha hecho revivir con Cristo”.
Este cuarto domingo de Cuaresma
nos ofrece el ‘tratamiento’ para curar lo que provoca la ‘fotofobia
espiritual’, y que encontramos en las palabras que Jesús dijo a Nicodemo:
“Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree
en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al
mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él”.
Necesitamos ‘tomarnos’ este tratamiento, meditando en nuestro corazón estas
palabras de Jesús.
ACTUAR. –
¿Descubro en mí algún síntoma de
‘fotofobia espiritual’? ¿Le doy la importancia que tiene, soy consciente de las
consecuencias? ¿Sigo el ‘tratamiento’ indicado por Dios?
Aprovechemos la Cuaresma para
acercarnos a la Luz que es Cristo, y demos testimonio de ella. Que se vea que
nuestras obras están hechas según Dios, para que otros, aquejados de ‘fotofobia
espiritual’ y que viven en la tiniebla, puedan curarse porque han descubierto
el amor de Dios que “no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino
para que el mundo se salve por Él”.