viernes, 6 de abril de 2018

2º DOMINGO DE PASCUA. DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA

Comentario del Evangelio

¡Hemos visto al Señor!
Los relatos de la resurrección que la Iglesia nos ofrece en estos domingos de pascua nos ponen delante la raíz de nuestra fe. Hubo un grupo de personas. Los primeros testigos. Los apóstoles, que han visto al Señor. Nosotros no lo hemos visto, pero hemos creído. El señor nos llama bienaventurados por ello.
Sin embargo nuestra fe no se encuentra apoyada en el vacío. Creemos porque el testimonio de los apóstoles es creíble. Hay algo en sus palabras que nos inspira confianza. El encuentro con Jesús resucitado les cambió la vida. Por dos veces repite el evangelio que los discípulos se encontraban con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Aquellos que se reconocen a sí mismos como muertos de miedo han llenado la tierra con su predicación y han ofrecido su vida. Hasta entregar la propia sangre como testimonio de la verdad que profesaron.
Cuando la Iglesia se llama apostólica no hace otra cosa que reconocerse deudora de ese testimonio y esa vida.
Hoy como entonces, el signo de que hemos creído en la resurrección de Cristo está en abandonar el miedo y en abrirse a un mundo que necesita del evangelio de Cristo.